Polinización por insectos: El beneficio económico probablemente sea mucho mayor de lo esperado
El beneficio económico del trabajo de polinización animal asciende a 1 billón de dólares en todo el mundo
Manuel Narjes
Nuestro mundo se vería muy diferente si no fuera por el hecho de que día tras día, un número incontable de ayudantes animales llevan el polen de una flor a otra, fertilizándolas así. Sólo entonces muchas plantas podrían producir frutos y semillas que no sólo sirven para nuestra nutrición sino también para su reproducción natural y contribuyen al enverdecimiento y florecimiento de la naturaleza.
En Alemania y Europa, son principalmente las abejas, pero también los escarabajos, mariposas y otros insectos, los que llevan a cabo este trabajo de polinización. En las latitudes tropicales, sin embargo, los murciélagos y colibríes también juegan su papel.
Una nueva estimación de tres científicos de la Universidad de Hohenheim muestra ahora la importancia de su contribución en la producción de alimentos. Utilizaron varios cálculos de modelos para simular los efectos que la pérdida repentina de todos los animales polinizadores tendría en los beneficios para el consumidor en Alemania y en todo el mundo.
El nuevo enfoque de valoración refleja mejor el valor real del rendimiento de los polinizadores
El Prof. Dr. Christian Lippert y el Dr. Manuel Narjes del Departamento de Teoría de la Producción y Economía de los Recursos en la Agricultura y el Dr. Arndt Feuerbacher del Departamento de Política Agrícola y Alimentaria proponen un nuevo enfoque de valoración: "Hasta ahora, esas estimaciones se han calculado sobre la base de supuestos relativos a la adaptación a largo plazo de los sistemas agrícolas. Sin embargo, en nuestra opinión, esto no es correcto porque las reacciones de adaptación a largo plazo tanto de los agroecosistemas como de la oferta y la demanda no son previsibles", explica el apl. Prof. Dr. Lippert.
"Por lo tanto, sólo hemos simulado la pérdida económica del año inmediatamente posterior al hipotético fracaso de todos los polinizadores, porque entonces otros mecanismos surtirían efecto y compensarían parte de la pérdida. En la agricultura, por ejemplo, se podrían cultivar más variedades autógamas y/o eólicas", continúa.
"Hasta cierto punto, los agricultores pueden compensar los menores rendimientos con precios más altos. Pero el consumidor saldrá perdiendo en cualquier caso, ya que tiene que pagar los precios más altos. Por lo tanto, en cualquier caso, la mayor parte de la pérdida económica tendría que ser soportada por los consumidores".
Los menores rendimientos agrícolas modifican los precios y el comportamiento de los consumidores
En las simulaciones se incorporaron factores de dependencia ya conocidos. Éstos indican la proporción del rendimiento atribuible a la polinización animal para las diferentes especies de cultivos. En el caso de las manzanas y las cerezas, por ejemplo, un promedio de alrededor del 65% del rendimiento se debe a la polinización por animales, y en el caso de algunas plantas como las calabazas la cifra alcanza el 95%, mientras que los cereales como el trigo y el arroz son eólicos o autopolinizadores y no requieren polinización cruzada.
Una pérdida repentina de todos los polinizadores provocaría la pérdida de cosechas, el rendimiento agrícola caería y, como consecuencia, los precios aumentarían, hasta que la reducción de la oferta y la demanda volvieran a coincidir. Los consumidores pierden el doble porque ahora reciben menos fruta y verdura y porque tienen que pagar más por la cantidad restante.
"Para Alemania, pudimos confiar en las estimaciones publicadas de la respuesta de la demanda", explica el Dr. Feuerbacher. "Sin embargo, como los factores de dependencia que figuran en la literatura están sujetos a una amplia gama de fluctuaciones, hemos realizado simulaciones de posibles pérdidas de rendimiento, basadas en supuestos sobre sus probabilidades, a fin de determinar un margen de fluctuación para las pérdidas de los consumidores". En promedio, las simulaciones dan como resultado los mencionados 3.800 millones de euros. Esta cantidad anual sería matemáticamente suficiente para financiar programas agroambientales que promuevan la biodiversidad en la mitad de las tierras agrícolas de Alemania.
El daño ecológico es aún mayor
"Por supuesto, no podemos cubrir todos los efectos ecológicos de un evento tan catastrófico para el medio ambiente y la humanidad que van mucho más allá del mero daño causado por un rendimiento menor", enfatiza el Dr. Narjes. "Pero tales estimaciones pueden aumentar la conciencia de la importancia de los ecosistemas intactos y así contribuir a la preservación de la biodiversidad".
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