Los consumidores están dispuestos a pagar por los servicios de los ecosistemas
Diverfarming
Los investigadores cuantificaron la disposición a pagar de los consumidores por los beneficios de una mayor diversidad de prácticas de cultivo y rotaciones de cultivos a escala regional y de explotación. Se presentaron tres escenarios de valoración a una muestra representativa de consumidores: el primero se centraba en los servicios de los agroecosistemas en las tierras de cultivo, el segundo en los efectos socioculturales más amplios y el tercero era una combinación de ambos. Un total de 600 consumidores completaron el cuestionario.
Se comprobó que el 79% de los hogares estaban dispuestos a pagar un extra por la diversificación de los cultivos y que esto corresponde a un valor monetario significativo de los servicios de los ecosistemas. El valor total no comercial calculado de la diversificación de cultivos a nivel nacional puede llegar a ser del 47 al 95% en comparación con los ingresos anuales del mercado de cereales, y del 15 al 32% en comparación con los ingresos totales del mercado de la agricultura en Finlandia. La suma que los consumidores estaban dispuestos a pagar era de una media de 228 euros por hogar al año, lo que equivale a 245 euros por hectárea de tierra cultivada.
La relativamente alta disposición a pagar por los beneficios agroecológicos y socioculturales proporciona importantes mensajes a los agentes de la cadena alimentaria y a los responsables políticos sobre la futura orientación de los recursos económicos dentro de los regímenes agroambientales. Este estudio demostró que las implicaciones sociales positivas de la diversificación de cultivos se valoraron ligeramente más que los efectos directos de la diversificación a nivel de campo. En particular, se valoró muy positivamente el mantenimiento de la producción y la transformación de alimentos a nivel nacional, la reducción de la escorrentía de nutrientes procedentes de la agricultura, el mantenimiento de la cultura y la tradición alimentarias, así como la mejora del balance de carbono de la agricultura y el número de puestos de trabajo en las zonas rurales.
La eficacia de los regímenes agroecológicos debe desarrollarse más, pero una mayor contribución de los consumidores también puede financiar probablemente la futura transición hacia una producción alimentaria más sostenible. Los resultados sobre la valoración de los distintos servicios ecosistémicos ayudan a los distintos agentes de la cadena alimentaria o a los responsables políticos a destacar las consecuencias más valoradas y a utilizar los argumentos correspondientes a la hora de, por ejemplo, motivar el uso del gasto público.
Sin embargo, los resultados también indican que el 21% de los consumidores no estaban dispuestos a pagar nada para apoyar sistemas de cultivo más diversos. Más bien se han utilizado argumentos tradicionales basados en la ecología para promover, por ejemplo, la agricultura ecológica y de bajos insumos. Se ha hecho menos hincapié en los efectos sobre la captación de carbono y en una producción de alimentos más resistente con efectos positivos sobre los empleos rurales y la cultura alimentaria local. El uso de una mayor selección de argumentos ayudaría a llegar a una mayor variedad de tipos de consumidores.
El proyecto Diverfarming busca un cambio de paradigma en la agricultura europea hacia una agricultura más sostenible desde el punto de vista medioambiental y económico mediante la diversificación de cultivos y la reducción de insumos.
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