Pequeños cambios en la dieta pueden reducir un 25% la huella de carbono
Investigadores de McGill hallan pruebas de que sustituir parcialmente la carne roja y procesada por alimentos con proteínas vegetales puede aumentar la esperanza de vida y mitigar el cambio climático
Una nueva investigación de la Universidad McGill, en colaboración con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, aporta pruebas convincentes de que la sustitución parcial de alimentos de proteína animal por alimentos de proteína vegetal puede aumentar la esperanza de vida y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y lo que es más importante, también sugiere que los beneficios dependen del tipo de proteína animal que se sustituya.
El estudio, publicado en Nature Food, se basó en datos de una encuesta nacional sobre nutrición para analizar los registros dietéticos de los canadienses. El estudio modelizó las sustituciones parciales (25% y 50%) de carne roja y procesada o lácteos por alimentos de proteína vegetal como frutos secos, semillas, legumbres, tofu y bebidas de soja enriquecidas, en una combinación de resultados nutricionales, sanitarios y climáticos.
Pequeños cambios en la dieta, gran impacto en la huella de carbono
La carne roja y procesada y los productos lácteos son los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la dieta en Canadá, como se puso de manifiesto en un estudio anterior. Sorprendentemente, este estudio descubrió que la huella de carbono relacionada con la dieta de una persona se desploma en un 25% cuando sustituye la mitad de su ingesta de carnes rojas y procesadas por alimentos de proteína vegetal. Por otra parte, las sustituciones de productos lácteos mostraron reducciones menores, de hasta el 5%.
"Demostramos que los beneficios colaterales para la salud humana y planetaria no requieren necesariamente cambios radicales en la dieta, como la adopción de pautas dietéticas restrictivas o la exclusión total de determinados grupos de alimentos, sino que pueden lograrse mediante simples sustituciones parciales de la carne roja y procesada, en particular, por alimentos de proteína vegetal", explica Olivia Auclair, primera autora y recién doctorada en el Departamento de Ciencia Animal de McGill.
Brecha sexual en los beneficios para la salud de los alimentos vegetales
Se sabe que las dietas ricas en productos animales aumentan el riesgo de cardiopatías, diabetes y ciertos tipos de cáncer. En este estudio, los investigadores calcularon que si la mitad de la carne roja y procesada de la dieta de una persona se sustituyera por alimentos de proteína vegetal, podría vivir una media de casi nueve meses más, gracias a la reducción del riesgo de enfermedades crónicas.
Desglosado por sexos, los hombres ganarían más con el cambio, y la esperanza de vida se duplicaría en el caso de las mujeres. Por el contrario, la sustitución parcial de los lácteos por alimentos proteicos de origen vegetal produjo un menor aumento de la esperanza de vida y estuvo acompañada de una contrapartida: una mayor insuficiencia de calcio de hasta el 14%.
"Espero que nuestras conclusiones ayuden a los consumidores a elegir alimentos más sanos y sostenibles y que sirvan de base para la futura política alimentaria de Canadá", afirma Sergio Burgos, autor principal del estudio, profesor asociado del Departamento de Ciencia Animal de McGill y científico del Instituto de Investigación del Centro de Salud de la Universidad McGill.
A medida que aumenta el número de personas que buscan dietas sostenibles y saludables, las conclusiones del estudio sirven de guía y permiten a los individuos tomar decisiones informadas que benefician tanto al bienestar personal como al planeta".
"Aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal junto con la reducción de la carne roja y procesada tendría beneficios considerables para la salud y el medio ambiente, y supondría cambios relativamente pequeños en la dieta de la mayoría de los canadienses", afirma Patricia Eustachio Colombo, coautora e investigadora honoraria del Centre on Climate Change & Planetary Health de la London School of Hygiene & Tropical Medicine.
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