JUST

Si eres como la mayoría de nosotros, creciste entre nachos, rollos de canela de máquina expendedora y sándwiches de pollo de comida rápida. Nuestros padres nos daban unos dólares. Comíamos lo que nos gustaba. Y la mayoría de las veces, si era barato y sabroso, también aceleraba las enfermedades crónicas y el cambio climático. Así de injusto es nuestro sistema alimentario.

Creemos que hay un par de razones para ello. En primer lugar, las herramientas de nuestro sistema alimentario son limitadas. Hablamos de soja, maíz, azúcar procesado y proteínas animales. Estos son los ingredientes básicos que las mayores empresas alimentarias utilizan para fabricar los alimentos que nos rodean. Y no es que a estas grandes empresas no les importe. De hecho, sí les importa. Es difícil hacer algo diferente.

Y no es sólo una limitación de herramientas, es una mentalidad. El mundo no cree que sea posible tener alimentos más sanos y sostenibles que además sean asequibles y deliciosos. Eso impide que nadie lo intente siquiera.

Nosotros intentamos cambiar esa mentalidad. Empezamos con la idea de construir un sistema alimentario que facilite a la gente comer bien. ¿Cómo se crea un sistema así? ¿Y podríamos conseguirlo en nuestra vida? ¿Cómo cambiaría eso las cosas? ¿Y qué tendríamos que hacer, día a día, como empresa, para conseguirlo?

Todo empieza con las herramientas.

Resulta que hay más de 300.000. Más de 300.000 especies de plantas de todo el mundo que nunca se han explorado para ver cómo pueden mejorar nuestras galletas, la pasta, el helado, la mantequilla o los huevos revueltos.

Así que, literalmente, empezamos a explorarlas a mano. El interés era encontrar plantas que, por su impacto en la salud, la sostenibilidad y el potencial para hacer comida deliciosa, nos ayudaran a cumplir nuestra misión. Luego, como queremos hacerlo durante toda nuestra vida, construimos una plataforma de descubrimiento automatizado para explorarlas más rápido y buscar aún más. Y hemos estado aplicando lo mejor de ellos para hacer comida para nuestros amigos del condado de McDowell (Virginia Occidental), nuestros vecinos de San Francisco (California) y Agnes, una de las niñas de 12 años más inspiradoras que hemos conocido. Vive en Monrovia, Liberia. Esa es nuestra mentalidad.

Nuestro primer producto fue mayonesa, hecha con guisantes amarillos de Canadá. La mayoría de la gente nos llamaba "empresa de mayonesa".