Una nueva investigación demuestra que los humanos poseen una sorprendente inteligencia nutricional

25.04.2022 - Gran Bretaña

Una investigación pionera ha arrojado nueva luz sobre lo que impulsa las preferencias alimentarias básicas de las personas, indicando que nuestras elecciones pueden ser más inteligentes de lo que se creía y estar influidas por los nutrientes específicos, en lugar de sólo las calorías, que necesitamos.

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El estudio internacional, dirigido por la Universidad de Bristol (Reino Unido), se propuso reexaminar y poner a prueba la opinión generalizada de que los seres humanos evolucionaron para favorecer los alimentos densos en energía y que nuestras dietas se equilibran simplemente comiendo una variedad de alimentos diferentes. En contra de esta creencia, sus conclusiones revelaron que las personas parecen tener "sabiduría nutricional", según la cual los alimentos se seleccionan en parte para satisfacer nuestras necesidades de vitaminas y minerales y evitar las carencias nutricionales.

El autor principal, Jeff Brunstrom, catedrático de Psicología Experimental, dijo: "Los resultados de nuestros estudios son enormemente significativos y bastante sorprendentes. Por primera vez en casi un siglo, hemos demostrado que los seres humanos son más sofisticados en sus elecciones alimentarias, y parecen seleccionar en función de micronutrientes específicos en lugar de limitarse a comer de todo y obtener lo que necesitan por defecto".

El trabajo, publicado en la revista Appetite, da un nuevo peso a la audaz investigación realizada en los años 30 por una pediatra estadounidense, la doctora Clara Davis, que sometió a un grupo de 15 bebés a una dieta que les permitía "autoseleccionar", es decir, comer lo que quisieran, entre 33 alimentos diferentes. Aunque ningún niño comió la misma combinación de alimentos, todos alcanzaron y mantuvieron un buen estado de salud, lo que se tomó como prueba de "sabiduría nutricional".

Sus hallazgos fueron posteriormente analizados y criticados, pero no fue posible replicar la investigación de Davis porque esta forma de experimentación con bebés se consideraría hoy poco ética. En consecuencia, hace casi un siglo que ningún científico ha intentado encontrar pruebas de la sabiduría nutricional en los seres humanos, una facultad que también se ha encontrado en otros animales, como las ovejas y los roedores.

Para superar estos obstáculos, el equipo del profesor Brunstrom desarrolló una técnica novedosa que consistía en medir las preferencias mostrando a las personas imágenes de diferentes combinaciones de frutas y verduras, de modo que se pudieran analizar sus elecciones sin poner en riesgo su salud o bienestar.

En total, 128 adultos participaron en dos experimentos. El primer estudio demostró que las personas prefieren ciertas combinaciones de alimentos más que otras. Por ejemplo, la manzana y el plátano pueden ser elegidos ligeramente más a menudo que la manzana y las moras. Sorprendentemente, estas preferencias parecen estar predichas por las cantidades de micronutrientes en un par y si su combinación proporciona un equilibrio de diferentes micronutrientes. Para confirmarlo, realizaron un segundo experimento con diferentes alimentos y descartaron otras explicaciones.

Para complementar y cotejar estos resultados, se estudiaron las combinaciones de comidas del mundo real recogidas en la Encuesta Nacional de Dieta y Nutrición del Reino Unido. De forma similar, estos datos demostraron que las personas combinan las comidas de una forma que aumenta la exposición a los micronutrientes en su dieta. En concreto, los componentes de las comidas más populares del Reino Unido, por ejemplo "pescado y patatas fritas" o "curry y arroz", parecen ofrecer una gama más amplia de micronutrientes que las combinaciones de comidas generadas al azar, como "patatas fritas y curry".

El estudio también es notable porque cuenta con una colaboración inusual. El coautor del profesor Brunstrom es Mark Schatzker, periodista y escritor, que también es el escritor residente del Centro de Investigación de la Dieta Moderna y la Fisiología, afiliado a la Universidad de Yale. En 2018, ambos coincidieron en Florida en la reunión anual de la Sociedad para el Estudio del Comportamiento Ingestivo, donde Schatzker pronunció una conferencia sobre su libro, El efecto dorito, que examina cómo ha cambiado el sabor de los alimentos integrales y los procesados, y las implicaciones para la salud y el bienestar.

Curiosamente, la investigación del profesor Brunstrom y de Mark Schatzker tuvo su origen en un desacuerdo.

El profesor Brunstrom explicó: "Vi a Mark dar una charla fascinante que cuestionaba la opinión recibida entre los científicos de la nutrición conductual de que los humanos sólo buscan realmente las calorías en los alimentos. Señaló, por ejemplo, que el buen vino, las especias raras y las setas silvestres son muy codiciadas, pero son una pobre fuente de calorías.

"Todo esto era muy intrigante, así que fui a verle al final y le dije básicamente: 'Gran charla, pero creo que probablemente estés equivocado. ¿Quieres probarlo?". Eso marcó el inicio de este maravilloso viaje, que finalmente sugiere que estaba equivocado". Lejos de ser un generalista algo simplón, como se creía anteriormente, el ser humano parece poseer una inteligencia exigente a la hora de seleccionar una dieta nutritiva".

Mark Schatzker añadió: "La investigación plantea importantes cuestiones, especialmente en el entorno alimentario moderno. Por ejemplo, ¿nuestra fijación cultural con las dietas de moda, que limitan o prohíben el consumo de ciertos tipos de alimentos, perturba o perturba esta "inteligencia" dietética de maneras que no comprendemos?"

"Los estudios han demostrado que los animales utilizan el sabor como guía de las vitaminas y minerales que necesitan. Si el sabor desempeña una función similar en los humanos, puede que estemos imprimiendo a los alimentos basura, como las patatas fritas y las bebidas gaseosas, un falso "brillo" de nutrición al añadirles aromas. En otras palabras, la industria alimentaria puede estar volviendo nuestra sabiduría nutricional contra nosotros, haciéndonos comer alimentos que normalmente evitaríamos y contribuyendo así a la epidemia de obesidad."

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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