Un nuevo método predice en tiempo real la caducidad de las fresas

15.11.2024
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Basándose en tecnología no invasiva, un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba ha creado una herramienta para garantizar la calidad óptima de las fresas y minimizar el desperdicio de alimentos

University of Córdoba

Investigadores que realizaron el estudio: Aricia Possas, Fernando Pérez, Laura Rabasco y Francisco Jiménez

En 2019 se desperdiciaron 930 millones de toneladas de alimentos en el mundo, según la ONU. Estas pérdidas, que se producen en diferentes etapas de la cadena agroalimentaria por motivos económicos, estéticos y de calidad del producto, generan entre el 8 y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que reducir el desperdicio de alimentos es un objetivo primordial para los gobiernos y la comunidad investigadora.

Contribuyendo a la solución del problema, Laura Rabasco, Francisco Jiménez, Arícia Possas y Fernando Pérez, investigadores del grupo HIBRO de la Universidad de Córdoba, han desarrollado un método que combina diferentes tecnologías para predecir la vida útil de las fresas de forma rápida, en tiempo real y sin dañar la fruta.

"El objetivo del proyecto era crear un índice para predecir la calidad de las fresas mediante técnicas no destructivas, por lo que utilizamos la tecnología NIRS (Near-Infrared Spectroscopy), que utiliza la luz reflejada para medir los parámetros fisicoquímicos (firmeza, pérdida de peso) y microbiológicos de la fresa", explica el investigador Francisco Jiménez.

Para desarrollar este método se utilizó un espectrofotómetro portátil (el aparato que mide la reflectancia) capaz de medir tanto el espectro visible como el infrarrojo. Los parámetros de calidad, como el color, la firmeza, la pérdida de peso, el aspecto y la calidad microbiana, se evaluaron cada tres días durante el almacenamiento de las fresas frescas a diferentes temperaturas. A partir de estos datos, "se crearon modelos matemáticos que se integran en la Nube y nos permiten hacer predicciones sobre la vida útil de la fresa basándonos en los parámetros fisicoquímicos que medimos con el espectrofotómetro", explica Jiménez.

"En el estudio probamos diferentes temperaturas, de 5 a 35 grados, y la idea es que se pueda aplicar dentro de esas fases de la cadena para alargar la vida útil", añadió la investigadora Laura Rabasco.

Mientras que los análisis físico-químicos y microbiológicos tradicionales implicarían actividad de laboratorio y más tiempo para obtener los resultados, además de dañar la fruta, esta tecnología no es destructiva y se pueden tomar decisiones en tiempo real (decidir si un producto debe salir antes o después) relacionadas con los modelos de precios dinámicos de los supermercados, adaptando así el precio a la vida útil del producto.

"Este enfoque digital utiliza la información que se recoge con el espectrofotómetro y se envía a la Nube. Los datos sobre la calidad del producto se procesan y se pueden utilizar en tiempo real en las cadenas logísticas y para la toma de decisiones, con el objetivo de reducir el desperdicio de alimentos", ha señalado Fernando Pérez.

Esta tecnología se ha probado en los almacenes Migros, el mayor minorista de alimentos frescos de Turquía, como parte del proyecto PRIMA BiofreshCloud, cuyo objetivo es promover la bioeconomía circular, ampliar la vida útil de las fresas y los tomates, y reducir el desperdicio de alimentos en las fases previa y posterior a la cosecha mediante un enfoque digital.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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