El consumo de carbohidratos refinados podría estar relacionado con la percepción del atractivo facial
El consumo agudo y crónico de alimentos con alto índice glucémico se asoció a una menor valoración del atractivo, independientemente de factores como el IMC y la edad
La dieta occidental se compone de altos niveles de hidratos de carbono refinados, es decir, alimentos procesados de forma que normalmente pierden gran parte de su valor nutricional, como la harina blanca, el azúcar de mesa y los ingredientes de muchos aperitivos envasados. Investigaciones anteriores han relacionado el aumento del consumo de hidratos de carbono refinados con efectos adversos para la salud, como la obesidad, la diabetes de tipo II y las enfermedades cardiovasculares. Pruebas preliminares han sugerido que el consumo de altos niveles de carbohidratos refinados también podría afectar a rasgos no médicos, como el atractivo de una persona. Para explorar más a fondo esta posibilidad, Visine y sus colegas realizaron un estudio en el que participaron 104 adultos franceses de ambos sexos.
Los investigadores dieron a algunos de los participantes un desayuno de alto índice glucémico -con carbohidratos refinados conocidos por aumentar los niveles de azúcar en sangre-, mientras que otros recibieron un desayuno de bajo índice glucémico. Los participantes también completaron un cuestionario para evaluar sus hábitos típicos de consumo de carbohidratos refinados. A continuación, se pidió a otros voluntarios heterosexuales que calificaran el atractivo facial de los participantes del sexo opuesto según las fotos tomadas dos horas después del desayuno proporcionado. Sólo se incluyeron en esta investigación participantes y voluntarios con cuatro abuelos de origen europeo, para reducir la heterogeneidad cultural.
El análisis estadístico demostró que el consumo de un desayuno con alto contenido glucémico se asociaba a una menor valoración posterior del atractivo facial, tanto en hombres como en mujeres. El consumo crónico de carbohidratos refinados durante el desayuno y la merienda también se asoció a una menor valoración del atractivo, aunque el consumo de alimentos muy energéticos en esos momentos se asoció a una mayor valoración del atractivo.
Los investigadores observaron algunas diferencias entre sexos: en el caso concreto de los hombres que merendaban por la tarde, el consumo de alimentos muy energéticos se asociaba a un menor atractivo, mientras que el consumo de alimentos muy glucémicos se relacionaba con un mayor atractivo.
Todos los resultados se mantuvieron tras tener en cuenta estadísticamente otros factores que podrían afectar al atractivo, como la edad real, la edad percibida, el IMC, el hábito de fumar y el vello facial. Es necesario seguir investigando, incluso con muestras más grandes y diversas, para comprender mejor la relación exacta entre los carbohidratos refinados y el atractivo y otros rasgos sociales.
Los autores añaden: "El atractivo facial, un factor importante de las interacciones sociales, parece verse afectado por el consumo inmediato y crónico de carbohidratos refinados en hombres y mujeres."
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