Green Deal europeo: acabar con el despilfarro de envases y potenciar la reutilización y el reciclaje

Las nuevas normas pretenden frenar esta tendencia. Para los consumidores, garantizarán opciones de envases reutilizables, eliminarán los envases innecesarios, limitarán el exceso de envases y proporcionarán etiquetas claras para apoyar el reciclaje correcto. Para la industria, crearán nuevas oportunidades de negocio, especialmente para las empresas más pequeñas, disminuirán la necesidad de materiales vírgenes, impulsarán la capacidad de reciclaje de Europa y harán que ésta dependa menos de los recursos primarios y de los proveedores externos. Pondrán al sector de los envases en la senda de la neutralidad climática para 2050.

La Comisión también aporta claridad a los consumidores y a la industria sobre los plásticos de base biológica, compostables y biodegradables: establece para qué aplicaciones estos plásticos son realmente beneficiosos para el medio ambiente y cómo deben diseñarse, eliminarse y reciclarse.

Las propuestas son elementos clave del Plan de Acción para la Economía Circular del Pacto Verde Europeo y su objetivo de convertir los productos sostenibles en la norma. También responden a las demandas específicas de los europeos expresadas en la Conferencia sobre el Futuro de Europa.

Prevenir los residuos de envases, impulsar la reutilización y el rellenado, y hacer que todos los envases sean reciclables para 2030

La propuesta de revisión de la legislación de la UE sobre envases y residuos de envases tiene tres objetivos principales. En primer lugar, prevenir la generación de residuos de envases: reducir su cantidad, restringir los envases innecesarios y promover soluciones de envasado reutilizables y rellenables. En segundo lugar, impulsar el reciclaje de alta calidad ("circuito cerrado"): hacer que todos los envases del mercado de la UE sean reciclables de forma económicamente viable para 2030. Y por último, reducir la necesidad de recursos naturales primarios y crear un mercado que funcione bien para las materias primas secundarias, aumentando el uso de plásticos reciclados en los envases mediante objetivos obligatorios.

• El objetivo principal es reducir los residuos de envases en un 15% para 2040 por Estado miembro y por habitante, en comparación con 2018. Esto supondría una reducción global de los residuos en la UE de aproximadamente un 37% en comparación con un escenario sin cambiar la legislación. Se producirá tanto a través de la reutilización como del reciclaje.

• Para fomentar la reutilización o el rellenado de los envases, que han disminuido mucho en los últimos 20 años, las empresas tendrán que ofrecer un determinado porcentaje de sus productos a los consumidores en envases reutilizables o rellenables, por ejemplo, en las bebidas y comidas para llevar o en las entregas de comercio electrónico. También habrá una cierta normalización de los formatos de los envases y un etiquetado claro de los envases reutilizables.
• Para abordar el tema de los envases claramente innecesarios, se prohibirán ciertas formas de envase, por ejemplo, los envases de un solo uso para alimentos y bebidas cuando se consumen dentro de restaurantes y cafés, los envases de un solo uso para frutas y verduras, las botellas de champú en miniatura y otros envases en miniatura en los hoteles.

• Muchas medidas pretenden que los envases sean totalmente reciclables para 2030. Esto incluye el establecimiento de criterios de diseño para los envases; la creación de sistemas obligatorios de devolución de depósitos para las botellas de plástico y las latas de aluminio; y la aclaración de qué tipos de envases, muy limitados, deben ser compostables para que los consumidores puedan arrojarlos a los biorresiduos.
• También habrá tasas obligatorias de contenido reciclado que los productores tendrán que incluir en los nuevos envases de plástico. Esto contribuirá a convertir el plástico reciclado en una materia prima valiosa, como ya demuestra el ejemplo de las botellas de PET en el contexto de la Directiva sobre plásticos de un solo uso.

La propuesta aclarará la confusión sobre qué envases pertenecen a cada contenedor de reciclaje. Cada envase llevará una etiqueta que indicará de qué está hecho y a qué flujo de residuos debe ir. Los contenedores de recogida de residuos llevarán las mismas etiquetas. Se utilizarán los mismos símbolos en toda la UE.

De aquí a 2030, las medidas propuestas reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los envases a 43 millones de toneladas, frente a los 66 millones que se producirían si no se modificara la legislación: la reducción equivale aproximadamente a las emisiones anuales de Croacia. El uso de agua se reduciría en 1,1 millones de^m3. Los costes de los daños ambientales para la economía y la sociedad se reducirían en 6.400 millones de euros en relación con la situación de referencia de 2030.

Las industrias de envases de un solo uso tendrán que invertir en una transición, pero el impacto global económico y de creación de empleo en la UE es positivo. Se espera que sólo el impulso a la reutilización genere más de 600.000 puestos de trabajo en el sector de la reutilización para 2030, muchos de ellos en pequeñas y medianas empresas locales. Se espera que haya mucha innovación en las soluciones de envasado para que resulte cómodo reducir, reutilizar y reciclar. También se espera que las medidas ahorren dinero: cada europeo podría ahorrar casi 100 euros al año, si las empresas trasladan el ahorro a los consumidores.

Aclarar la confusión en torno a los plásticos de base biológica, biodegradables y compostables

El uso y la producción de plásticos de base biológica, biodegradables y compostables ha ido aumentando de forma constante. Para que estos plásticos tengan un impacto medioambiental positivo, en lugar de agravar la contaminación por plásticos, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, deben cumplirse una serie de condiciones.

El nuevo marco de la Comisión aclara de qué manera estos plásticos pueden formar parte de un futuro sostenible.

La biomasa utilizada para producir plásticos de base biológica debe obtenerse de forma sostenible, sin dañar el medio ambiente y respetando el principio de "uso en cascada de la biomasa": los productores deben dar prioridad al uso de residuos y subproductos orgánicos como materia prima. Además, para luchar contra el "greenwashing" y evitar engañar a los consumidores, los productores deben evitar declaraciones genéricas en los productos de plástico como "bioplásticos" y "de base biológica". Al comunicar el contenido de base biológica, los productores deben referirse a la parte exacta y medible del contenido de plástico de base biológica en el producto (por ejemplo: "el producto contiene un 50% de plástico de base biológica").

Los plásticos biodegradables deben abordarse con precaución. Tienen su lugar en un futuro sostenible, pero deben dirigirse a aplicaciones específicas en las que se demuestren sus beneficios medioambientales y su valor para la economía circular. Los plásticos biodegradables no deben en ningún caso proporcionar una licencia para ensuciar. Además, deben estar etiquetados para mostrar cuánto tiempo tardarán en biodegradarse, en qué circunstancias y en qué entorno. Los productos susceptibles de ser arrojados a la basura, incluidos los contemplados en la Directiva sobre plásticos de un solo uso, no pueden ser declarados ni etiquetados como biodegradables.

Los plásticos compostables industrialmente sólo deben utilizarse cuando tengan beneficios medioambientales, no afecten negativamente a la calidad del compost y cuando exista un sistema adecuado de recogida y tratamiento de residuos biológicos. Los envases industrialmente compostables sólo se permitirán para las bolsas de té, las cápsulas y almohadillas de café de filtro, los adhesivos para frutas y verduras y las bolsas de plástico muy ligeras. Los productos deben especificar siempre que están certificados para el compostaje industrial, de acuerdo con las normas de la UE.

Próximos pasos

La propuesta sobre envases y residuos de envases será examinada ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo, en el marco del procedimiento legislativo ordinario.

El marco político sobre plásticos de base biológica, biodegradables y compostables guiará los futuros trabajos de la UE sobre esta cuestión, por ejemplo los requisitos de diseño ecológico para productos sostenibles, los programas de financiación y los debates internacionales. La Comisión anima a los ciudadanos, las autoridades públicas y las empresas a utilizar este marco en sus decisiones políticas, de inversión o de compra.

Antecedentes

Las mercancías necesitan un embalaje para ser protegidas y transportadas de forma segura, pero los envases y los residuos de envases tienen un impacto significativo en el medio ambiente y en el uso de materiales vírgenes. La cantidad de residuos de envases está creciendo, a menudo a un ritmo más rápido que el PIB. Los residuos de envases han aumentado más de un 20% en los últimos 10 años en la UE y se prevé que se disparen otro 19% hasta 2030, si no se toman medidas.

Los plásticos de base biológica, biodegradables y compostables están apareciendo en nuestra vida cotidiana como alternativas a los plásticos convencionales. Los ciudadanos pueden encontrarlos, por ejemplo, en los envases, los bienes de consumo y los textiles, así como en otros sectores. Como se denominan "bio", los consumidores tienen la percepción de que son necesariamente buenos para el medio ambiente. Sin embargo, esto sólo es cierto hasta cierto punto.

El paquete de hoy que aborda estas cuestiones es la continuación del primer paquete de medidas de Economía Circular adoptado en marzo de 2022. Incluía el nuevo Reglamento sobre diseño ecológico de productos sostenibles, la Estrategia de la UE para los productos textiles sostenibles y circulares, y proponía nuevas medidas para capacitar a los consumidores y permitirles desempeñar un papel más importante en la transición ecológica.