La población mundial está creciendo, al mismo tiempo que los recursos son cada vez más escasos y el cambio climático avanza. ¿Cómo se puede alimentar adecuadamente a una población creciente en tiempos de escasez de recursos? Científicos de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) participan en el proyecto TRIBOTEC, que investiga cómo puede utilizarse una novedosa técnica de fraccionamiento en seco para obtener proteínas altamente funcionales a partir de fuentes poco utilizadas hasta ahora.
"La calidad y el suministro de proteínas vegetales es un factor decisivo para la seguridad alimentaria mundial, la nutrición y el medio ambiente. Por lo tanto, son esenciales las nuevas tecnologías para la extracción suave de proteínas", subraya Petra Först, profesora del Departamento de Ingeniería de Procesos de Sistemas de la Escuela de Ciencias de la Vida de la TUM en Freising-Weihenstephan. Por ello, los científicos de
Freising participan en el proyecto "TRIBOTEC", dirigido por el Instituto Alemán de Tecnologías Alimentarias (DIL), que investiga el enriquecimiento y el fraccionamiento de proteínas de subproductos agrícolas mediante la tecnología de separación triboelectrostática en seco.
Separaciónelectrostática demateriales molidos
"La separación electrostática es una tecnología novedosa y respetuosa con el medio ambiente. En este proceso, los materiales molidos se cargan primero electrostáticamente. Con la ayuda de las corrientes de aire, el material molido se arremolina y se carga electrostáticamente", explica el Dr. Javier Pérez Vaquero, científico de la Cátedra de Ingeniería de Procesos de Sistemas de la TUM.
Estas fuerzas físicas separan la fracción fina enriquecida con proteínas de las fracciones gruesas enriquecidas con fibras y almidón. La fracción fina tiene entonces un contenido de proteínas significativamente mayor que la muestra inicial.
Las ventajas con respecto a los métodos convencionales son que el proceso sin agua ni disolventes tiene un menor consumo de energía y menores costes de funcionamiento, al tiempo que conserva la funcionalidad original de la proteína. Además, el método es adecuado para una amplia gama de materiales.
Estudios con colza y altramuces
En sus experimentos, Pérez Vaquero y su equipo examinaron la harina de semillas de origen vegetal, en este caso de colza y altramuces. El aumento total de proteínas osciló entre el 5% de la harina de colza y el 20% de la harina de altramuz.
"Nuestra investigación ha demostrado que se pueden manejar masas más elevadas de lo que habían constatado los estudios anteriores. Ahora podemos lograr un procesamiento en masa de hasta varios kilogramos por hora, lo que supone un aumento de diez veces. De este modo, estamos un paso más cerca de conseguir un valor proteínico lo suficientemente alto como para ser utilizado en la industria", explica el Dr. Javier Pérez Vaquero.
"La investigación abre un enorme potencial para el uso de fuentes proteínicas alternativas que han sido infrautilizadas hasta ahora", elogia el profesor Först. Los subproductos que surgen regularmente en la industria alimentaria -por ejemplo, las tortas de prensado de girasol o colza como residuos de la producción de aceite- pueden seguir procesándose en el laboratorio o en la industria con la ayuda de este método si se necesita una fuente de proteínas altamente funcionales. Esto es concebible, por ejemplo, para la alimentación de animales y peces o como proteína para la producción de productos sustitutivos de la carne. El proceso también permite desarrollar nuevas fuentes de proteínas vegetales.
Productos de colza obtenidos en el proceso de separación por cinta triboeléctrica
Luise Wockenfuss
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