Berlín podría producir localmente más del 80% de sus hortalizas frescas
Se realiza por primera vez un estudio exhaustivo del potencial de la ciudad para suministrar hortalizas frescas
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Rybski y su equipo se interesaron por averiguar cuántas verduras se podían producir en Berlín. Se evaluaron cinco espacios urbanos para la agricultura: zonas residenciales no edificadas, huertos familiares, azoteas, aparcamientos de supermercados y cementerios cerrados.
Una cultura local
Los huertos urbanos son una tradición en Berlín desde hace muchos años, y en la ciudad hay más de 200 huertos comunitarios y más de 73.000 huertos parcelados. Pero los tejados y las zonas residenciales no edificadas -espacios verdes entre grandes complejos de viviendas- ofrecen una gran oportunidad para la jardinería urbana porque están infrautilizados, según Rybski.
"Con los planes de Berlín de pasar a tener menos coches, los aparcamientos también son buenos candidatos para cultivar hortalizas", añade Rybski, que también es investigador del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y del Instituto Wuppertal.
Según el estudio, un total de 4.154 hectáreas de Berlín podrían dedicarse al cultivo de hortalizas. Esto supone casi el 5% de la superficie total de la ciudad. Y el 82% de la demanda berlinesa de hortalizas podría cubrirse localmente si todo este terreno se destinara a huertos urbanos, según el documento. La inversión en agua, recursos humanos e inversiones sería crucial para que esta producción fuera posible. Por ejemplo, sería necesario un coste total de inversión de 753 millones de euros. Equivale a algo menos del 0,5% del Producto Interior Bruto (PIB) de Berlín en 2020.
Grandes retos
Como subraya Rybski, promover la jardinería urbana plantearía grandes retos debido al elevado uso de recursos. "Hay espacio, pero hay que tener en cuenta una serie de factores. Por ejemplo, ¿quién se va a encargar de la jardinería? ¿Pueden ser jardineros particulares o necesitamos un modelo empresarial? ¿Qué hace falta para aumentar la producción en los huertos alquilados? ¿Cómo creamos las condiciones para fomentar la agricultura urbana dentro de la ciudad?", señala el investigador.
"En principio, sin embargo, creo que sería una evolución positiva. Las verduras cultivadas localmente serían probablemente más caras, pero podríamos crear una especie de etiqueta para ellas, como la que tenemos para las ecológicas", afirma Marion De Simone, autora principal del estudio del Instituto de Potsdam.
Los beneficios de la jardinería local también son numerosos. "Por nombrar sólo algunos: los huertos comunitarios unen a la gente. Los espacios verdes son beneficiosos para la salud de las personas, así como para el medio ambiente y la biodiversidad. Y la producción local de alimentos también reduce las emisiones de carbono del transporte", añade Prajal Pradhan, otro coautor del Instituto Potsdam.
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