Comer nueces con regularidad podría beneficiar el desarrollo cognitivo de los adolescentes y contribuir a su maduración psicológica

Concluye un estudio líder mundial en este campo liderado por el IISPV y con la colaboración de ISGlobal y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM)

20.04.2023 - España

Comer nueces de forma regular podría beneficiar el desarrollo cognitivo de los adolescentes y contribuir a su maduración psicológica. Estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado un estudio liderado por el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), en el que han colaborado ISGlobal (centro impulsado por la Fundación "la Caixa") y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). Se trata de una investigación sin precedentes; si bien existen estudios previos sobre el efecto de las nueces en nuestra salud, nunca se había examinado el impacto de su consumo en una etapa tan crítica para el desarrollo cognitivo como es la adolescencia.

Lubos Houska / Pixabay

Las nueces son ricas en ácido graso alfa-linolénico (ALA), un tipo de omega-3 que juega un papel fundamental en el desarrollo cerebral, especialmente en esta etapa de la vida. En palabras de Jordi Julvez, investigador principal y coordinador del Grupo de Investigación NeuroÈpia del IISPV, "la adolescencia es una época de grandes cambios biológicos: se produce una transformación hormonal que, a su vez, se encarga de estimular el crecimiento sináptico del lóbulo frontal. Esta parte de nuestro cerebro es la que permite la maduración neuropsicológica, es decir, funciones emocionales y cognitivas más complejas. Las neuronas bien nutridas con este tipo de ácidos grasos podrán crecer y formar sinapsis nuevas y más fuertes".

En el estudio, que ha sido publicado en la revista eClinicalMedicine (perteneciente a la prestigiosa editorial científica The Lancet Discovery Science), participaron voluntariamente 700 estudiantes de secundaria de entre 11 y 16 años de 12 institutos diferentes de Barcelona. Se dividieron aleatoriamente en dos grupos: el grupo control, que no recibió ningún tipo de intervención, y el grupo experimental, que recibió sobres que contenían 30 gramos de nueces en grano, indicando a los jóvenes participantes que podían consumirlas diariamente durante un periodo de 6 meses. El equipo de investigadores comprobó que los adolescentes que comieron nueces durante al menos 100 días (no necesariamente de forma continuada todos los días) aumentaron sus funciones de atención, y los que presentaban algunos síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) mejoraron significativamente su comportamiento (en clase, prestaban más atención al profesor y eran menos hiperactivos).

Por otro lado, también aumentaron las funciones relacionadas con la inteligencia fluida, que, en palabras de Jordi Julvez, "está menos influenciada por el aprendizaje; es inherente al staus biológico de la persona. La evaluamos con pruebas cada vez más complejas, como hacer que los adolescentes averiguaran qué patrón seguía una fila de letras, por ejemplo."

"En general, no se encontraron diferencias significativas en el grupo de intervención con respecto al grupo de control", añade, "pero si se tiene en cuenta el factor adherencia, sí se observan resultados positivos, ya que los participantes que siguieron más de cerca las pautas -en cuanto a la dosis recomendada de nueces y el número de días de consumo- sí mostraron mejoras en las funciones neuropsicológicas evaluadas."

Así, este estudio demuestra que tan importante es seguir una dieta saludable como mantener estos hábitos en el tiempo y no abandonarlos para que los adolescentes se desarrollen correctamente a nivel cognitivo y psicológico: "Si los chicos y chicas hicieran caso a estas recomendaciones y realmente comieran un puñado de nueces al día, o al menos tres veces por semana, notarían muchas mejoras sustanciales en las capacidades cognitivas, y les ayudaría a afrontar los retos de la adolescencia y la entrada en la edad adulta. La adolescencia es un periodo de gran desarrollo cerebral y comportamientos complejos que requiere una cantidad importante de energía y nutrientes", concluye Ariadna Pinar, primera autora del artículo.

Este estudio ha sido financiado por el Instituto de Salud Carlos III a través de los proyectos CP14/00108, PI16/00261 y PI21/00266 (cofinanciado por la Unión Europea a través del programa "A way to make Europe"). La California Walnut Commission (CWC) ha apoyado el proyecto proporcionando las nueces necesarias para la intervención. Ninguna de las entidades financiadoras ha participado en el diseño ni en la discusión de los resultados del estudio.

Próximamente, el propio equipo de investigación llevará a cabo un estudio (esta vez será observacional y también contará con el apoyo de la CWC) para determinar si el consumo de nueces y frutos secos en general durante el embarazo influye en el desarrollo cognitivo y la maduración psicológica de los bebés. Así pues, esta segunda investigación va un paso más allá en relación con el trabajo presentado en este comunicado de prensa, ya que pretende demostrar que estos aspectos del crecimiento pueden mejorarse incluso en el útero materno y desde la primera infancia siguiendo unos buenos hábitos alimentarios.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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