impresión 3D con café: convertir los posos usados en creaciones con cafeína
Michael Rivera
Este es el objetivo de un nuevo proyecto dirigido por Michael Rivera, profesor adjunto del Instituto ATLAS y del Departamento de Informática de la Universidad de Colorado en Boulder. Él y sus colegas han desarrollado un método para imprimir en 3D una amplia gama de objetos utilizando una pasta hecha enteramente de posos de café viejos, agua y algunos otros ingredientes sostenibles.
El equipo ya ha experimentado con posos de café para fabricar joyas, macetas para plantas e incluso, como corresponde, tazas de café expreso. La técnica es tan sencilla que, con algunas modificaciones, funcionará en la mayoría de las impresoras 3D de bajo coste.
"Se pueden hacer muchas cosas con posos de café", explica Rivera. "Y cuando ya no lo quieras, puedes volver a echarlo en un molinillo de café y utilizar los posos para volver a imprimir".
El grupo presentó sus resultados este verano en la conferencia Designing Interactive Systems de la Association for Computing Machinery en Pittsburgh.
Para Rivera, el proyecto forma parte de su misión de hacer que la impresión 3D sea más sostenible, permitiendo a artistas, diseñadores, ingenieros, etc. fabricar rápidamente prototipos y otros objetos domésticos sin tener que llenar los vertederos.
"Nuestra idea es que puedas comprar unas cuantas cosas en un supermercado o en Internet y ponerte manos a la obra", explica Rivera.
Las buenas ideas surgen de la cafeína
Como era de esperar, esa visión empezó en una cafetería.
Cuando Rivera era estudiante de posgrado en la Universidad Carnegie Mellon, trabajaba a menudo en una cafetería de Pittsburgh llamada Arriviste Coffee Roasters. La cafetería contrató a un grupo local para que recogiera sus posos de café usados para el compostaje, pero durante la pandemia de COVID-19, eso no fue posible. Los residuos empezaron a acumularse.
"El propietario me dijo: 'No sé qué hacer con ellos. Así que simplemente lo tiro'", dijo Rivera, que se unió a CU Boulder como investigadora postdoctoral en 2022. "Miré los terrenos y dije: 'Tal vez pueda hacer algo con ellos'".
Rivera explicó que la mayoría de las impresoras 3D de consumo en el mercado hoy en día imprimen con termoplásticos de algún tipo. El más común es el ácido poliláctico, o PLA. Este material es, en teoría, compostable, pero sólo una fracción de las instalaciones de compostaje lo aceptan.
"Si lo tiras a un vertedero, que es donde acaba la mayor parte del PLA, tardará hasta 1.000 años en descomponerse", explica Rivera.
Se dio cuenta de que podía resolver varios problemas a la vez: Reducir los residuos de plástico, encontrar algo que hacer con todos esos posos usados y, de paso, disfrutar de unas tazas de café calentitas.
Motivos de celebración
El método del equipo es muy sencillo, señala Rivera: Él y sus colegas mezclan posos de café secos con otros dos polvos que compran en Internet: goma de celulosa y goma xantana. Ambos son aditivos habituales en la alimentación y se degradan fácilmente en un cubo de compostaje. A continuación, los investigadores mezclan el agua.
"El objetivo es que tenga la consistencia de la mantequilla de cacahuete", explica Rivera.
No se puede cargar ese líquido directamente en una impresora 3D. En primer lugar, Rivera se las ingenia modificando una impresora con tubos de plástico y una jeringuilla llena de pasta de café. Pero las creaciones del grupo son sorprendentemente resistentes. Una vez seco, el material de los posos de café es tan resistente como el hormigón sin reforzar.
"Hemos hecho objetos con una tonelada de uso", dijo Rivera. "Se nos han caído y aún no se han roto".
Ve mucho potencial para convertir los posos del café en objetos tangibles. Rivera, por ejemplo, ha fabricado pequeñas macetas con posos de café, que pueden utilizarse para cultivar plantas ácidas como los tomates. Una vez que las plantas crecen lo suficiente, se pueden plantar, con maceta y todo, en el suelo. El equipo también puede añadir carbón activado a los posos para fabricar piezas capaces de conducir la electricidad, como botones para aparatos electrónicos sostenibles.
Rivera señaló que la impresión con posos de café quizá nunca se convierta en una práctica generalizada. En cambio, ve el proyecto como un paso hacia el descubrimiento de otros tipos de materiales de impresión 3D sostenibles que podrían, algún día, sustituir a los plásticos.
Resulta que con café se puede hacer de todo.
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