Un experto de Surrey insta a los gobiernos a invertir en sistemas alimentarios más sanos y ecológicos
Según investigadores de la Universidad de Surrey, los organismos públicos pueden impulsar o frenar iniciativas locales como los huertos comunitarios, las despensas y las asociaciones alimentarias, y deberían utilizar ese poder para hacer el bien.
Un estudio de 34 iniciativas alimentarias en el este de Londres revela cómo estos proyectos se vieron condicionados por sus interacciones con ayuntamientos, financiadores y asociaciones de vivienda.
El profesor Sonnino, catedrático de Sistemas Alimentarios Sostenibles de la Universidad de Surrey, afirmó: "Nuestro estudio demuestra que mucha gente quiere que su alimentación sea sostenible:
"Nuestro estudio demuestra que mucha gente quiere que sus comunidades sean más sanas mediante sistemas alimentarios más sostenibles. Los organismos públicos controlan importantes presupuestos que pueden utilizarse para ayudar o estorbar.
"Esto se debe en parte a la cantidad de dinero que los organismos públicos pueden invertir en los sistemas alimentarios locales. Por poner un ejemplo: el alcalde de Londres ha prometido destinar este año 140 millones de libras a almuerzos gratuitos en las escuelas primarias. Una inversión de esa envergadura podría suponer una diferencia significativa si se invirtiera en alimentos de origen local, sanos y nutritivos.
"Cuando se trata de alimentos sanos y sostenibles, instamos a los líderes locales y nacionales a que pongan su dinero donde están sus bocas".
Además de controlar los grandes presupuestos para alimentación escolar y hospitalaria, los organismos públicos suelen ser responsables de subvenciones y permisos de los que dependen proyectos mucho más pequeños.
El estudio de Surrey descubrió que los cafés y despensas comunitarios permiten a los voluntarios retomar el control del comercio y la hostelería, ayudando a las comunidades a unirse y compartir conocimientos sobre alimentación.
En un caso, un nuevo huerto comunitario se abrió gracias a una subvención y a la voluntad del ayuntamiento de ceder un terreno.
Un participante dijo: "Fue una época muy triste de mi vida. Pero un día llegué cojeando al ascensor y había una notita: '¿A alguien le apetece hacer jardinería de guerrilla? Y pensé, sí, sería estupendo... Boris Johnson había puesto dinero a disposición de los Juegos Olímpicos. Estaban construyendo todos estos jardines a lo largo de la ruta. Aprovechamos y conseguimos una subvención inicial".
La Dra. Marta López Cifuentes, coautora e investigadora visitante en la Universidad de Surrey, afirmó:"De nuestras entrevistas se desprende claramente que las autoridades locales están en una posición única para ayudar a que prosperen las iniciativas alimentarias: proporcionando terrenos para un huerto comunitario o financiando una nevera comunitaria. Sin embargo, a veces dejan que los voluntarios encuentren sus propias soluciones".
"Los dirigentes locales y nacionales deberían estudiar la mejor manera de ayudar a las comunidades a tomar las riendas de su economía alimentaria local".
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