El sabor es el rey, pero no es la única tendencia en los helados
El sabor es el factor de elección y de compra más importante para los compradores de helados. Sin embargo, hay otras tendencias en el desarrollo de los helados que ayudan a crear una mayor ventaja competitiva. Entre ellas están las fórmulas no lácteas, las recetas bajas en azúcar, las etiquetas más limpias y los ingredientes éticos.
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Los helados no lácteos han experimentado un gran auge en los últimos años. El número de lanzamientos aumentó a un CAGR de casi el 30% durante 2016-2020 y las líneas no lácteas ahora representan el 10% de todas las introducciones de helados. Esto se eleva hasta una cuarta parte de toda la actividad en América del Norte y una quinta parte de los lanzamientos en Australasia.
Las fórmulas bajas en azúcar también están ganando terreno, alcanzando una penetración del 6% de los lanzamientos en 2020. "El desarrollo de edulcorantes más naturales ha atraído más atención a la reducción del azúcar", afirma Lu Ann Williams, directora de innovación de Innova Market Insights. "Los edulcorantes artificiales han perdido terreno de forma constante, y el eritritol, la estevia y la fruta de monje son ahora las tres principales opciones en helados bajos en azúcar y sin azúcar."
Mientras tanto, en lo que respecta al desarrollo de etiquetas limpias, son populares las listas de ingredientes más cortas y sencillas. Algunas marcas incluso han marcado el número de ingredientes, o incluso la lista completa de ingredientes, en sus envases.
Aunque todas estas son tendencias interesantes en el desarrollo de los helados, el sabor sigue siendo el rey. Incluso cuando se utilizan posicionamientos alternativos para dirigirse a intereses específicos de los consumidores, las opciones de sabor siguen siendo vitales. De hecho, pueden ser incluso más importantes en las recetas más sanas, ayudando a consolidar una imagen indulgente. Por ejemplo, el caramelo salado es uno de los mayores ganadores en el desarrollo reciente de sabores, ascendiendo al quinto puesto en la clasificación de sabores en 2020. Sin embargo, su penetración en los helados no lácteos es más del doble que en los helados lácteos normales.
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