Medir el nitrógeno para mejorar su gestión

Un nuevo estudio mide cómo se gestiona el nitrógeno en la agricultura de todo el mundo

19.07.2021 - Estados Unidos

El mundo empresarial conoce la afirmación de Peter Drucker: "Si no puedes medirlo, no puedes mejorarlo". En aras de la sostenibilidad medioambiental y la seguridad alimentaria, es urgente que la agricultura mejore su uso de los fertilizantes nitrogenados, pero ¿podemos medirlo adecuadamente?

Photo by <a href="https://unsplash.com/@gabrielj_photography?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Gabriel Jimenez</a> on <a href="https://unsplash.com/s/photos/farmer?utm_source=unsplash&utm_medium=referral&utm_content=creditCopyText">Unsplash</a>

Un nuevo artículo* publicado en Nature Food ofrece la primera comparación exhaustiva de los esfuerzos internacionales más avanzados para medir cómo se gestiona el nitrógeno en la agricultura. Zhang et al sintetizan los resultados de casi treinta investigadores de diez grupos de investigación diferentes de todo el mundo, entre ellos universidades, asociaciones de fertilizantes del sector privado y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Cada uno de ellos estimó la cantidad de nitrógeno que se añade a las tierras de cultivo en forma de abono y fertilizante, la cantidad de nitrógeno añadido que se recoge en los cultivos y la cantidad que queda como posible contaminación ambiental.

"Este proyecto de intercomparación permite a los investigadores, agrónomos y responsables políticos identificar dónde podemos mejorar las estimaciones del presupuesto de nitrógeno", dijo el autor principal, el profesor asociado Xin Zhang, del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Maryland. "Este conocimiento es la base para mejorar la gestión sostenible del nitrógeno y para abordar los retos de la seguridad alimentaria y la contaminación ambiental".

El nitrógeno es importante porque es esencial para que los agricultores obtengan buenos rendimientos de las cosechas, pero cuando una gran fracción del mismo no es absorbida por los cultivos previstos, se filtra al medio ambiente en forma de nitrato en las aguas subterráneas, los ríos, los lagos y los estuarios, donde contribuye a la proliferación de algas nocivas y perjudiciales y puede suponer riesgos para la salud humana. El exceso de nitrógeno también puede perderse en las tierras de cultivo en forma de contaminantes gaseosos que suponen riesgos para la salud humana y contribuyen al cambio climático y a la destrucción del ozono estratosférico. Por tanto, el nitrógeno debe gestionarse cuidadosamente para maximizar la producción de alimentos y minimizar la contaminación ambiental.

''Aprender a controlar el uso del nitrógeno en la agricultura es un componente fundamental de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030'', dijo el coautor, el Dr. Francesco Tubiello, de la FAO en Italia. "''Este estudio apoya el desarrollo de estadísticas nacionales mejoradas que pueden utilizarse para este fin''.

"A primera vista, este nuevo estudio demostró algunas diferencias sorprendentes y preocupantes entre los diez grupos de investigación, lo que sugiere que nuestra capacidad para medir, y por tanto gestionar este nutriente esencial y potente contaminante, no es tan buena como debería", dijo Eric Davidson, profesor del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Maryland. "Sin embargo, al profundizar en los datos, muchas de estas diferencias se explican por las distintas definiciones y métodos utilizados por los diferentes grupos".

Estos expertos coinciden en que el uso de fertilizantes nitrogenados sigue creciendo, la eficiencia media mundial de su uso está estancada y, por tanto, el excedente de nitrógeno que no absorben los cultivos también crece a un ritmo preocupante. También se identificaron los tipos de cultivos y las regiones geográficas en las que se puede mejorar la medición, facilitando así las mejoras necesarias tanto en las mediciones como en la gestión.

"El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente adoptó una resolución en 2019 en la que pedía una acción global para promover la gestión sostenible del nitrógeno", señaló el autor colaborador, el Dr. Luis Lassaletta, de la Universidad Politécnica de Madrid. "Reducir los residuos de nitrógeno a la mitad para 2030 sería un objetivo ambicioso que mejoraría significativamente la calidad ambiental", añadió.

Sin embargo, el primer paso para actuar es obtener buenas estimaciones de los presupuestos de nitrógeno en los sistemas agrícolas, como se ha demostrado en este estudio, para poder gestionar mejor lo que somos capaces de medir con mayor confianza.

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