Los precios mundiales de los alimentos en 2022 alcanzan máximos históricos por la sequía y la guerra
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El índice de precios alimentarios de la FAO, que registra los cambios mensuales en los precios internacionales de los productos alimentarios más comercializados, descendió un 1,9% en diciembre respecto al mes anterior, según informó el viernes la organización con sede en Roma. Para el conjunto del año, alcanzó una media de 143,7 puntos, más del 14% por encima de la media de 2021, que también experimentó grandes subidas.
El descenso de diciembre estuvo liderado por la caída del precio de los aceites vegetales ante la contracción de la demanda de importaciones, las expectativas de un aumento de la producción de aceite de soja en Sudamérica y la bajada de los precios del crudo. Los cereales y la carne también bajaron, mientras que los productos lácteos y el azúcar subieron ligeramente.
Los precios más bajos de los productos alimentarios son bienvenidos tras dos años de gran volatilidad", aseguró Máximo Torero, economista jefe de la FAO, en un comunicado. Es importante permanecer vigilantes y centrarnos en mitigar la inseguridad alimentaria mundial, dado que los precios mundiales de los alimentos permanecen en niveles elevados, con muchos productos básicos cerca de máximos históricos, y con los precios del arroz al alza, y todavía hay muchos riesgos asociados a los suministros futuros''.
El año pasado, el Ãndice de Precios de los Alimentos de la Organización de la ONU alcanzó el nivel más alto desde que se iniciaron sus registros en 1961, según datos de la FAO.
La invasión rusa de Ucrania en febrero agravó la crisis alimentaria, ya que los dos países eran los principales proveedores mundiales de trigo, cebada, aceite de girasol y otros productos, en especial a países de África, Oriente Medio y Asia que ya pasaban hambre.
Con la interrupción de los suministros críticos del Mar Negro, los precios de los alimentos subieron a niveles récord, aumentando la inflación, la pobreza y la inseguridad alimentaria en los países en desarrollo que dependen de las importaciones.
La guerra también sacudió los mercados energéticos y el suministro de fertilizantes, ambos fundamentales para la producción de alimentos. Todo ello se sumó a las perturbaciones climáticas que han alimentado el hambre en lugares como el Cuerno de África. Etiopía, Somalia y Kenia están gravemente afectadas por la peor sequía en décadas, y la ONU ha advertido de que algunas partes de Somalia se enfrentan a la hambruna. Miles de personas han muerto ya.
Los precios del trigo y el maíz alcanzaron un récord el año pasado, aunque bajaron en diciembre junto con los costes de otros cereales, según la FAO. Las cosechas en el hemisferio sur impulsaron el suministro y hubo una fuerte competencia entre los exportadores.
El Índice de Precios de los Aceites Vegetales de la organización alcanzó un máximo histórico el año pasado, aunque cayó en diciembre a su nivel más bajo desde febrero de 2021. Para todo 2022, el índice de precios de los productos lácteos y el índice de precios de la carne de la FAO también fueron los más altos desde 1990.(dpa)
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