Los programas de comidas adaptadas a las necesidades médicas podrían suponer un importante ahorro sanitario en 49 estados de EE.UU
La simulación predice que la prescripción de alimentos adaptados a las necesidades de millones de estadounidenses con enfermedades sensibles a la dieta reduciría los gastos asociados
Aunque los programas Food is Medicine están ayudando con éxito a los pacientes a controlar su salud, muchas iniciativas son proyectos piloto a pequeña escala, que proporcionan tratamiento a varios cientos o miles de pacientes. Los resultados de estos estudios han demostrado que estos programas de prescripción de alimentos basados en la nutrición mejoran una serie de resultados de salud en pacientes con afecciones sensibles a la dieta, al tiempo que suponen un ahorro potencial en costes médicos, lo que sugiere que una implantación e inversión más amplias supondrían un ahorro a largo plazo y una población más sana.

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Para cuantificar el impacto potencial de una intervención de este tipo, un equipo del Food is Medicine Institute de la Gerald J. and Dorothy R. Friedman School of Nutrition Science and Policy de la Universidad Tufts elaboró un modelo de simulación para predecir cómo afectarían a los pacientes y a los sistemas sanitarios de los 50 estados las comidas a medida, diseñadas por dietistas diplomados para satisfacer las necesidades nutricionales de personas con problemas de salud complejos.
Su análisis, publicado el 7 de abril en la revista Health Affairs, calculó que la implantación a escala nacional podría ahorrar aproximadamente 32.100 millones de dólares en costes sanitarios sólo en el primer año y evitar más de 3,5 millones de hospitalizaciones anuales relacionadas con complicaciones derivadas de la diabetes, las cardiopatías y el cáncer.
"El hallazgo más sorprendente es que las comidas adaptadas desde el punto de vista médico, suponiendo la plena aceptación por parte de las personas elegibles, supusieron un ahorro de costes en 49 de los 50 estados, lo que pone de relieve su potencial para reducir tanto las cargas financieras como sanitarias", dijo la primera autora Shuyue (Amy) Deng, estudiante de doctorado en la Escuela Friedman. "Estos resultados ponen de relieve el potencial de los responsables políticos para integrar a escala las comidas adaptadas a las necesidades médicas en la cobertura sanitaria".
La simulación se realizó 1.000 veces para tener en cuenta las incertidumbres. El análisis por estados mostró un beneficio neto para la salud y los costes de los programas de comidas adaptadas médicamente en todo el país, con importantes variaciones basadas en los costes de la atención sanitaria, la infraestructura, las políticas, los patrones de hospitalización y las tasas de afecciones sensibles a la dieta de cada estado. Entre todos los estados, Connecticut mostró el mayor ahorro anual por paciente, con 6.299 dólares, seguido de Pensilvania (4.450 dólares) y Massachusetts (4.331 dólares). Alabama fue el único estado en el que la implantación de comidas adaptadas desde el punto de vista médico no supondría coste alguno, pero sí beneficios para la salud de los residentes.
Los investigadores calcularon que más de 14 millones de estadounidenses de todo el país podrían recibir comidas adaptadas por razones médicas, desde 1.221.000 en California hasta 18.000 en Alaska, por padecer una enfermedad sensible a la dieta, como diabetes, enfermedades cardiovasculares o cáncer, y tener limitaciones para realizar actividades cotidianas, como preparar comidas o ir a la compra. Entre esta población, el modelo calculó que el gasto sanitario medio anual es de unos 30.900 dólares por persona, y que cada persona experimenta una media de 0,53 hospitalizaciones al año.
El modelo de simulación también evaluó cuántos pacientes necesitarían recibir comidas adaptadas a sus necesidades médicas para evitar una hospitalización. Maryland fue el que menos (2,3 pacientes) necesitó, y Colorado el que más (6,9 pacientes). Las razones de las diferencias entre estados variaban, influidas por factores que iban desde la salud de la población de cada estado hasta la infraestructura de sus sistemas de pago hospitalario. A escala nacional, se calcula que estos programas evitan más de 3,5 millones de hospitalizaciones al año.
"Nuestros resultados sugieren que las comidas adaptadas a las necesidades médicas no sólo son una buena medicina, sino también una buena economía", afirma Dariush Mozaffarian, autor principal y director del Instituto de Alimentación y Medicina de la Escuela Friedman. "Los Estados son excelentes incubadoras de innovación sanitaria. Invertir en comidas adaptadas desde el punto de vista médico podría transformar la atención a pacientes vulnerables en todos los estados, al tiempo que crearía un valor sustancial para la atención sanitaria."
De las personas consideradas en el modelo de simulación, casi el 90% estaban cubiertas por los servicios de Medicare y Medicaid, y el resto por aseguradoras privadas. En enero de 2025, 16 estados habían aprobado o propuesto exenciones de la sección 1115 de Medicaid (permisos especiales para probar nuevas innovaciones sanitarias) con el fin de cubrir los tratamientos de Food is Medicine, que pueden incluir programas piloto de comidas adaptadas desde el punto de vista médico. Habrá que tener en cuenta otras consideraciones para ampliar la cobertura de forma eficaz, como la formación de los proveedores, la integración de herramientas de detección y derivación en las historias clínicas electrónicas, y garantizar el sabor y la calidad nutricional de las comidas.
Este estudio es uno de los seis artículos en los que participan expertos del Food is Medicine Institute y que aparecen en un número reciente de Health Affairs dedicado a la alimentación, la nutrición y la salud. Los otros cinco artículos son:
- Food is Medicine in America: Una encuesta nacional sobre la percepción pública de la atención, las prácticas y las políticas.
- Interrelaciones complejas entre ingresos, seguridad alimentaria, seguridad nutricional y salud
- Fomento del programa de alimentación humana de la FDA a través de nuevas competencias y tasas de usuario
- Servicios flexibles de Medicaid para atender las necesidades nutricionales: Repercusiones en la utilización y los costes de la asistencia sanitaria en Massachusetts
- Uso de la atención gestionada de Medicaid en lugar de servicios para abordar la mala nutrición en EE.UU.
La investigación de la que se informa en este artículo ha sido financiada por los Institutos Nacionales de Salud con los números R01HL115189, R01DK134452 y R01MD019094. La información completa sobre autores, metodología y conflictos de intereses está disponible en el artículo publicado. El contenido es responsabilidad exclusiva de los autores y no representa necesariamente la opinión oficial de los Institutos Nacionales de Salud.
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