El índice de precios de los alimentos de la FAO disminuye en abril

El índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó una media de 158,5 puntos en abril de 2022, un 0,8 por ciento menos que el máximo histórico alcanzado en marzo. El índice, que sigue las variaciones mensuales de los precios internacionales de una cesta de productos alimentarios comúnmente comercializados, se mantuvo un 29,8 por ciento más alto que en abril de 2021.

El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO disminuyó un 5,7 por ciento en abril, perdiendo casi un tercio del aumento registrado en marzo, ya que el racionamiento de la demanda hizo bajar los precios de los aceites de palma, girasol y soja. La incertidumbre sobre las disponibilidades de exportación de Indonesia, el principal exportador de aceite de palma del mundo, contuvo los nuevos descensos de los precios internacionales.

"El pequeño descenso del índice es un alivio bienvenido, en particular para los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, pero todavía los precios de los alimentos permanecen cerca de sus máximos recientes, reflejando la persistente escasez del mercado y planteando un desafío a la seguridad alimentaria mundial para los más vulnerables", señaló el Economista Jefe de la FAO, Máximo Torero Cullen.

El índice de precios de los cereales de la FAO bajó 0,7 puntos en abril, impulsado por un descenso del 3,0 por ciento en los precios mundiales del maíz. Los precios internacionales del trigo, fuertemente afectados por el continuo bloqueo de los puertos en Ucrania y la preocupación por las condiciones de las cosechas en los Estados Unidos de América, pero atemperados por los mayores envíos de la India y las exportaciones más altas de lo previsto de la Federación de Rusia, aumentaron un 0,2 por ciento. Los precios internacionales del arroz aumentaron un 2,3% respecto a los niveles de marzo, impulsados por la fuerte demanda de China y Oriente Próximo.

Mientras tanto, el índice de precios del azúcar de la FAO aumentó un 3,3 por ciento, impulsado por el aumento de los precios del etanol y la preocupación por el lento comienzo de la cosecha de 2022 en Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo.

El índice de precios de la carne de la FAO se incrementó un 2,2 por ciento respecto al mes anterior, estableciendo un nuevo récord, ya que los precios de la carne de aves de corral, de ganado mayor y de vacuno subieron. Los precios de la carne de ave se vieron afectados por las interrupciones de las exportaciones de Ucrania y el aumento de los brotes de gripe aviar en el hemisferio norte. En cambio, los precios de la carne de ovino fueron en promedio ligeramente inferiores.

El índice de precios de los productos lácteos de la FAO también subió, un 0,9 por ciento, debido a la persistente escasez de la oferta mundial, ya que la producción de leche en Europa occidental y Oceanía continuó por debajo de sus niveles estacionales. Los precios mundiales de la mantequilla fueron los que más subieron, influidos por un aumento de la demanda asociado a la actual escasez de aceite de girasol y margarina.

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Se espera que el comercio de cereales baje del nivel récord de 2020/21

La FAO también ha publicado un nuevo informe sobre la oferta y la demanda de cereales con previsiones actualizadas que apuntan a un probable descenso del 1,2 por ciento en el comercio mundial de cereales en la campaña 2021/22 en comparación con el año anterior.

El descenso está asociado al maíz y a otros cereales secundarios, mientras que se prevé que el volumen de comercio del arroz crezca un 3,8% y el del trigo un 1,0%.

Con casi todos los cultivos cosechados para el ciclo 2020/21, la FAO fija la producción mundial de cereales en 2 799 millones de toneladas, un 0,8 por ciento más que el resultado de 2019/20.

La utilización mundial de cereales para el período 2021/22 se prevé que aumente un 0,9 por ciento respecto al año anterior, hasta los 2 785 millones de toneladas.

La nueva estimación de la FAO para las existencias mundiales de cereales al cierre de las temporadas en 2022 se sitúa ahora en 856 millones de toneladas, un 2,8 por ciento por encima de los niveles de apertura, debido a un aumento de las existencias de maíz en parte por la suspensión de las exportaciones de Ucrania. De confirmarse, la relación entre las existencias mundiales de cereales y su utilización terminaría el período sin cambios en un "nivel de suministro relativamente cómodo" del 29,9 por ciento, según la FAO.

La FAO sigue pronosticando que la producción mundial de trigo crecerá en 2022, hasta los 782 millones de toneladas. Esta previsión incorpora un descenso previsto del 20 por ciento en la superficie cosechada en Ucrania, así como la disminución de la producción provocada por la sequía en Marruecos.

En cuanto a los cereales secundarios, el informe indica que Brasil se encamina a recoger una cosecha récord de maíz de 116 millones de toneladas en 2022, mientras que las condiciones meteorológicas probablemente mermarán la producción de maíz en Argentina y Sudáfrica. Las primeras encuestas de siembra indican que la superficie de maíz en los Estados Unidos de América es probable que disminuya en un 4%, en medio de la preocupación por los altos costos de los fertilizantes y otros insumos.