El consumo de café azucarado y no azucarado se asocia a un menor riesgo de muerte
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Estudios anteriores que observaban los efectos del café sobre la salud habían descubierto que su consumo se asociaba a un menor riesgo de muerte, pero no distinguían entre el café sin endulzar y el consumido con azúcar o edulcorantes artificiales.
Investigadores de la Universidad Médica del Sur en Guangzhou (China) utilizaron datos del cuestionario de conducta sanitaria del estudio del Biobanco del Reino Unido para evaluar las asociaciones del consumo de café endulzado con azúcar, endulzado artificialmente y sin endulzar con la mortalidad por todas las causas y por causas específicas. A más de 171.000 participantes del Reino Unido sin enfermedades cardíacas o cánceres conocidos se les hicieron varias preguntas sobre la dieta y el comportamiento de salud para determinar los hábitos de consumo de café. Los autores descubrieron que, durante el periodo de seguimiento de 7 años, los participantes que bebían cualquier cantidad de café sin azúcar tenían entre un 16 y un 21 por ciento menos de probabilidades de morir que los participantes que no bebían café. También descubrieron que los participantes que bebían entre 1,5 y 3,5 tazas diarias de café endulzado con azúcar tenían entre un 29 y un 31 por ciento menos de probabilidades de morir que los participantes que no bebían café. Los autores señalaron que los adultos que bebían café endulzado con azúcar añadían sólo una cucharadita de azúcar por taza de café de media. Los resultados no fueron concluyentes en el caso de los participantes que utilizaban edulcorantes artificiales en su café.
Un editorial adjunto de los editores de Annals of Internal Medicine señala que, si bien el café tiene cualidades que podrían hacer posibles los beneficios para la salud, las variables de confusión, incluidas las diferencias más difíciles de medir en la situación socioeconómica, la dieta y otros factores del estilo de vida, pueden afectar a los resultados. Los autores añaden que los datos de los participantes tienen al menos 10 años de antigüedad y se recogieron en un país donde el té es una bebida igualmente popular. Advierten que la cantidad media de azúcar diaria por taza de café registrada en este análisis es mucho menor que la de las bebidas especiales de las cadenas de restaurantes populares, y que muchos consumidores de café pueden tomarlo en lugar de otras bebidas, lo que dificulta las comparaciones con los no bebedores. Basándose en estos datos, los médicos pueden decir a sus pacientes que no hay necesidad de que la mayoría de los consumidores de café eliminen esta bebida de su dieta, pero que sean cautelosos con los cafés especiales más calóricos.
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