Un estudio muestra que acertar con las políticas de reducción de plaguicidas es crucial para la seguridad alimentaria

24.06.2022 - China

El término agricultura periurbana se utiliza generalmente para describir el cultivo de plantas y ganado en los márgenes de los grandes centros de población. Sin embargo, factores como la expansión urbana, el aumento de los costes laborales y la escasa oferta de mano de obra están sometiendo a la agricultura periurbana a una presión cada vez mayor. En consecuencia, las empresas agrícolas buscan formas de minimizar la carga de trabajo y aumentar los rendimientos; por ejemplo, muchas recurren más a los pesticidas; una medida que tiene el potencial de impactar negativamente en los entornos urbanos y sus habitantes.

En un estudio publicado en la revista KeAi Fundamental Research, investigadores de China y Estados Unidos exploraron las implicaciones agroalimentarias y medioambientales de una política de reducción del uso de agroquímicos (pesticidas) introducida en la zona metropolitana de Shanghai, al este de China. La política pretendía reducir el uso de agroquímicos en un 20% para 2020, en relación con 2015. Las estadísticas oficiales muestran que Shanghái logró ese objetivo con un descenso de algo más del 40% en el uso de pesticidas (de 4.415 a 2.644 toneladas). Sin embargo, la superficie plantada se redujo en casi un 25% durante el mismo periodo (de 340.200 a 255.200 hectáreas), con la producción de cultivos básicos disminuyendo en un 18% y la de hortalizas en un 31%. Todo ello a pesar del objetivo declarado por el ayuntamiento de mantener la agricultura periurbana lo más intacta posible, garantizando la seguridad alimentaria .

Según uno de los autores del artículo, Yuquan Zhang, de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, aunque otros factores, como la urbanización, han contribuido a la reducción de las hectáreas periurbanas de la ciudad, siguen existiendo dudas sobre el papel que ha desempeñado la política de reducción de plaguicidas. Para medir el impacto de la política, él y sus colegas trabajaron con Bruce McCarl, profesor y especialista en GAMS (Sistema de Modelado Algebraico General) de la Universidad de Texas A&M, en Estados Unidos. Juntos desarrollaron un nuevo modelo de optimización que simula un sector agrícola periurbano de Shanghai, rico en datos sobre el uso de insumos específicos de cada cultivo y distrito, incluidos los pesticidas. A continuación, exploraron los efectos de una serie de escenarios de reducción del uso de plaguicidas, incluido el objetivo del 20% del municipio de Shanghai.

El equipo descubrió que la imposición de la política de reducción existente a nivel de distrito y a nivel regional generaba resultados significativamente diferentes. Cuando todos los distritos siguieron el mandato de reducción del 20%, tanto el arroz como las hortalizas (verduras de hoja verde y coles) experimentaron notables reducciones de superficie, lo que dio lugar a niveles de producción más bajos. Sin embargo, para distritos como Chongming (isla del norte) y Qingpu (oeste) esta reducción de la superficie - y del uso de pesticidas - también tuvo un resultado positivo, al aliviar la contaminación del estuario del río Yangtze y del lago Dianshan. Este último es un importante recurso de agua potable.

A nivel regional, el mandato de reducción del 20% se tradujo en una mayor reducción de la superficie agrícola periurbana en zonas con un elevado uso de plaguicidas, como Chongming y Qingpu, y en notables cambios en la combinación de cultivos, siendo el arroz el más afectado. El equipo también descubrió que la adopción de maquinaria para aplicar el pesticida con mayor precisión influyó positivamente en los resultados del modelo.

Zhang concluye: "Aunque actualmente es imposible que Shanghái se alimente a sí misma, dada su enorme población (más de 24,87 millones de habitantes) y la escasa tierra disponible, el gran apetito de los residentes por las hortalizas de hoja verde significa que la ciudad debe ser capaz de cultivar suficientes suministros para satisfacer alrededor del 85% de esa demanda. El inconveniente, sin embargo, es que las hortalizas suelen requerir una cantidad considerablemente mayor de productos agroquímicos que los cultivos de campo. Además, en Shanghai predominan los cultivos no cerealistas, que suelen utilizar muchos pesticidas.

"La escorrentía superficial de esta agricultura periurbana ha contribuido en gran medida a la contaminación del agua. Nuestro estudio sugiere que cuando la política de control de la cantidad de uso se aplica a nivel regional, en lugar de a nivel de distrito "de talla única", pueden obtenerse tanto impactos agroalimentarios mejorados como resultados medioambientales, en lugar de la brusca compensación que vemos tan a menudo."

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