Los robots están ocupando los puestos de trabajo, pero no al ritmo que se cree
Jaren Wilkey, BYU Photo
Pero no hay necesidad de alarmarse por la inminente toma de posesión de los robots, según un nuevo estudio del profesor de sociología de la BYU Eric Dahlin. La investigación de Dahlin ha revelado que los robots no están sustituyendo a los humanos al ritmo que la mayoría de la gente cree, pero la gente tiende a exagerar mucho el ritmo de la absorción de los robots.
El estudio, publicado recientemente en Socius: Sociological Research for a Dynamic World, reveló que sólo el 14% de los trabajadores afirma haber visto su puesto de trabajo sustituido por un robot. Pero los que han experimentado el desplazamiento de su puesto de trabajo debido a un robot exageran el efecto de que los robots quiten puestos de trabajo a los humanos unas tres veces.
Para entender la relación entre la pérdida de puestos de trabajo y los robots, Dahlin encuestó a casi 2.000 personas sobre su percepción de la sustitución de puestos de trabajo por robots. En primer lugar, se pidió a los encuestados que calcularan el porcentaje de empleados cuyos empleadores habían sustituido sus puestos de trabajo por robots. A continuación se les preguntó si su empresa había sustituido alguna vez su puesto de trabajo por un robot.
Los que habían sido sustituidos por un robot (alrededor del 14%), estimaron que el 47% de todos los puestos de trabajo han sido ocupados por robots. Del mismo modo, los que no habían experimentado la sustitución de puestos de trabajo estimaron que el 29% de los puestos de trabajo han sido suplantados por robots.
"En general, nuestra percepción de que los robots han tomado el relevo es muy exagerada", afirma Dahlin. "Los que no habían perdido puestos de trabajo lo sobreestimaron aproximadamente el doble, y los que sí lo habían hecho, el triple".
Los titulares que llaman la atención y que predicen un futuro nefasto para el empleo probablemente han exagerado la amenaza de que los robots se hagan con los puestos de trabajo, dijo Dahlin, quien señaló que el miedo de los humanos a ser sustituidos por procesos de trabajo automatizados se remonta a principios del siglo XIX.
"Esperamos que las nuevas tecnologías se adopten sin tener en cuenta todos los impedimentos contextuales relevantes, como los acuerdos culturales, económicos y gubernamentales que apoyan la fabricación, la venta y el uso de la tecnología", dijo. "Pero el hecho de que una tecnología pueda servir para algo no significa que se vaya a implantar".
Dahlin afirma que estas conclusiones coinciden con estudios anteriores, que sugieren que los robots no están desplazando a los trabajadores. Más bien, los lugares de trabajo están integrando tanto a los empleados como a los robots de forma que generan más valor para el trabajo humano.
"Un ejemplo cotidiano es el de una máquina autónoma y autopropulsada que recorre los pasillos y limpia los suelos de la tienda de comestibles local", dice Dahlin. "Este robot limpia los suelos mientras los empleados limpian bajo las estanterías u otros lugares de difícil acceso".
Dahlin dice que la industria de la aviación es otro buen ejemplo de robots y humanos trabajando juntos. Los fabricantes de aviones utilizan robots para pintar las alas de los aviones. Un robot puede administrar una capa de pintura en 24 minutos, algo que a un pintor humano le llevaría horas. Los humanos cargan y descargan la pintura mientras el robot se encarga de pintar.
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