Descubierto el gen clave del alcaloide tóxico de la cebada

Los investigadores han sentado las bases para mejorar la cebada

04.04.2024
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La cebada es uno de los cultivos de cereales más importantes a escala mundial. Muchos cultivares de cebada producen un alcaloide tóxico llamado gramina que afecta a la idoneidad de la cebada como forraje, pero también ayuda a protegerla de los patógenos. Hasta ahora, el potencial de manipulación de los niveles de gramina no se ha aprovechado para el fitomejoramiento, porque la base genética de la producción de gramina no se ha resuelto. Grupos de investigación del Instituto IPK Leibniz y de la Universidad Leibniz de Hannover desvelan ahora la vía biosintética completa de la gramina y demuestran cómo se puede introducir la biosíntesis de gramina en organismos modelo o eliminarla de la cebada. Los resultados se publican en la revista "Science".

Todas las plantas median en sus interacciones ambientales mediante señales químicas. Un ejemplo es el alcaloide gramina producido por la cebada, uno de los cereales más cultivados del mundo. La gramina protege contra los insectos herbívoros y los animales de pasto e inhibe el crecimiento de otras plantas. A pesar de su interés desde hace tiempo, el gen clave para la formación de la gramina seguía siendo difícil de encontrar.

Los investigadores descubrieron en la cebada un grupo de dos genes para la biosíntesis de la gramina. El primer gen (HvNMT) ya se había descubierto hace 18 años. En su estudio, los investigadores del IPK y de la Universidad Leibniz de Hannover han identificado ahora un segundo gen (AMI sintasa, HvAMIS), y han descubierto que ambos genes se encuentran próximos entre sí en el mismo cromosoma. Con este descubrimiento, la vía de biosíntesis de la gramina queda ahora completamente dilucidada.

"Descubrimos que AMIS es una enzima oxidasa que lleva a cabo un inusual reordenamiento oxidativo críptico del triptófano, lo que nos permite revisar la anterior propuesta biosintética de la década de 1960", afirma el Dr. John D'Auria, jefe del grupo de investigación "Diversidad Metabólica" del IPK. El Prof. Dr. Jakob Franke, jefe del grupo "Bioquímica de los metabolitos especializados de las plantas" de la Universidad Leibniz de Hannover, añade: "Nos sorprendió mucho el mecanismo enzimático hasta ahora desconocido por el que se forma la gramina. Al mismo tiempo, ahora tenemos la posibilidad de producir alcaloides biológicamente activos con métodos biotecnológicos sostenibles."

El equipo de investigación pudo producir gramina en levaduras y plantas modelo (Nicotiana benthamiana, Arabidopsis). "A diferencia de muchos otros metabolitos protectores de las plantas, la producción de gramina sólo requiere dos genes. Por lo tanto, utilizar nuestros hallazgos para aplicaciones prácticas es relativamente sencillo", subraya Ling Chuang, de la Universidad Leibniz de Hannover, uno de los primeros autores. "Además, la ingeniería genética de la cebada nos permitió producir gramina en una variedad de cebada no productora de gramina, y eliminar la producción de gramina en una variedad de cebada productora de gramina mediante la edición del genoma", explica la otra primera autora Sara Leite Dias, investigadora financiada por la Escuela Internacional de Investigación Max Planck en el IPK.

"Los resultados sientan las bases para producir gramina en organismos sin la capacidad nativa de sintetizarla con fines como agente fitosanitario natural, o para eliminar la gramina de la cebada y otras gramíneas para reducir la toxicidad hacia los rumiantes", afirma el Dr. John D'Auria. "Nuestros hallazgos sientan las bases para mejorar la cebada con el fin de aumentar su resistencia a las plagas, reducir su toxicidad para los rumiantes y contribuir a una gestión sostenible de las malas hierbas".

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