Identificado un nuevo regulador de la conducta alimentaria

Nuevo enfoque para el tratamiento de la obesidad

07.05.2024
Albert Ricken / Universität Leipzig

Vista microscópica de una sección cerebral del hipotálamo. El tercer ventrículo (negro) es visible. Los puntos rojos muestran el receptor. Los núcleos son azules.

El rápido aumento de la prevalencia del sobrepeso y la obesidad plantea un importante reto médico en todo el mundo. Además de los cambios en el estilo de vida de las personas, los factores genéticos también desempeñan un papel clave en el desarrollo de la obesidad. Científicos de la Universidad de Leipzig y la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf han identificado un nuevo regulador de la conducta alimentaria. Los resultados se publican en la revista de Nature Signal Transduction and Targeted Therapy.

"Nuestra investigación subraya nuestro incompleto conocimiento de los factores que rigen la ingesta de alimentos. También revela la posible implicación de receptores hasta ahora ignorados", afirma la Dra. Doreen Thor, autora principal del estudio y científica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Leipzig. El receptor recién identificado, la latrofilina 1, se ha estudiado principalmente por sus funciones en el cerebro, como la formación y el desarrollo de sinapsis, pero no por su papel en el control de la ingesta de alimentos. Se trata de un receptor acoplado a proteína G, llamado así por su capacidad de unirse a la neurotoxina latrotoxina. Esta toxina la producen algunas arañas, entre ellas la viuda negra del Mediterráneo, y tiene el receptor latrofilina 1 como estructura neuronal diana clave.

En sus estudios, los equipos de investigación dirigidos por el Dr. Thor, de la Universidad de Leipzig, y la profesora Simone Prömel, de la Universidad Heinrich Heine de Düsseldorf, demuestran que el receptor de la latrofilina 1 está presente en las regiones del cerebro que controlan el comportamiento alimentario, así como en el tejido adiposo. En el estudio, los ratones que carecían del receptor mostraron una mayor ingesta de alimentos y una menor actividad física. Aunque inicialmente tenían un peso normal, en el transcurso de otros cuatro meses adquirieron un sobrepeso significativo. Esto, a su vez, provoca las conocidas comorbilidades de la obesidad, como hígado graso y diabetes mellitus.

Además, los investigadores identificaron una variante del receptor de la latrofilina 1 en los datos de secuenciación de la cohorte de obesidad de Leipzig que se dio en un paciente con sobrepeso. Los estudios en cultivos celulares indicaron la funcionalidad alterada de esta variante, lo que sugiere que el receptor puede desempeñar un papel en el desarrollo de la obesidad no sólo en modelos animales, sino también en humanos.

"Los resultados aportan un nuevo enfoque para comprender la regulación de la ingesta de alimentos y el desarrollo de la obesidad", afirma la profesora Simone Prömel, otra de las autoras del artículo. Futuros estudios de los grupos de investigación participantes de las universidades de Leipzig y Düsseldorf aclararán ahora si el receptor puede servir como posible diana farmacológica para la regulación de la ingesta de alimentos en la obesidad.

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