¿Puede el consumo de pescado ayudar a reducir la agresividad?

Un nuevo metaanálisis del neurocriminólogo Adrian Raine demuestra que los suplementos de omega-3 pueden reducir el comportamiento agresivo en todas las edades y sexos

04.06.2024
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Las personas que comen pescado con regularidad o toman suplementos de aceite de pescado están ingiriendo ácidos grasos omega-3, que desempeñan un papel fundamental en la función cerebral. Hace tiempo que las investigaciones han demostrado que el cerebro es la base del comportamiento agresivo y violento, y que la mala alimentación es un factor de riesgo para los problemas de conducta.

El neurocriminólogo Adrian Raine, de Pennsylvania, lleva años estudiando si la suplementación con omega-3 podría, por tanto, reducir el comportamiento agresivo, y ha publicado cinco ensayos controlados aleatorizados de distintos países. Encontró efectos significativos, pero quería saber si estos hallazgos se extendían más allá de su laboratorio.

Ahora, Raine ha encontrado más pruebas de la eficacia de los suplementos de omega-3 realizando un metaanálisis de 29 ensayos controlados aleatorizados. Muestra efectos modestos a corto plazo -estima que esta intervención se traduce en una reducción del 30% de la agresividad- en función de la edad, el sexo, el diagnóstico, la duración del tratamiento y la dosis. Raine es el autor principal de un nuevo trabajo publicado en la revista Aggressive and Violent Behavior, con Lia Brodrick, de la Facultad de Medicina Perelman.

"Creo que ha llegado el momento de aplicar suplementos de omega-3 para reducir la agresividad, independientemente de si el entorno es la comunidad, la clínica o el sistema de justicia penal", afirma Raine. "El omega-3 no es una varita mágica que vaya a resolver por completo el problema de la violencia en la sociedad. Pero, ¿puede ayudar? Basándonos en estos hallazgos, creemos firmemente que puede, y deberíamos empezar a actuar sobre la base de los nuevos conocimientos que tenemos."

Señala que el omega-3 también tiene beneficios para tratar las enfermedades cardiacas y la hipertensión, y que su uso es barato y seguro. "Como mínimo, los padres que buscan tratamiento para un niño agresivo deberían saber que, además de cualquier otro tratamiento que reciba su hijo, una ración extra o dos de pescado cada semana también podrían ayudar", afirma Raine.

Este metaanálisis muestra que el omega-3 redujo tanto la agresividad reactiva, que es el comportamiento en respuesta a una provocación, como la proactiva, que es la planificada.

El estudio incluyó 35 muestras independientes de 29 estudios realizados en 19 laboratorios independientes entre 1996 y 2024 con 3.918 participantes. Encontró efectos estadísticamente significativos tanto si se promediaban los tamaños de los efectos por estudio, muestra independiente o laboratorio.

Sólo uno de los 19 laboratorios realizó un seguimiento de las participaciones una vez finalizada la suplementación, por lo que el análisis se centró en los cambios en la agresividad desde el inicio hasta el final del tratamiento para los grupos experimental y de control, un periodo de 16 semanas de media. "Aunque es útil saber si el omega-3 reduce la agresividad a corto plazo", afirma el artículo, "el siguiente paso será evaluar si el omega-3 puede reducir la agresividad a largo plazo".

El documento señala otras posibles vías de investigación futura, como determinar si las imágenes cerebrales muestran que la suplementación con omega-3 mejora el funcionamiento prefrontal, si la variación genética influye en el resultado del tratamiento con omega-3, y si las medidas de agresividad autoinformadas proporcionan pruebas más sólidas de eficacia que los informes de los observadores.

"Como mínimo, argumentaríamos que la suplementación con omega-3 debería considerarse como un complemento de otras intervenciones, ya sean de naturaleza psicológica (por ejemplo, TCC) o farmacológica (por ejemplo, risperidona), y que los cuidadores estén informados de los beneficios potenciales de la suplementación con omega-3", escriben los autores. Y concluyen: "Creemos que ha llegado el momento tanto de ejecutar la suplementación con omega-3 en la práctica como de seguir investigando científicamente su eficacia a más largo plazo."

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

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