La dulce venganza del camote

Los científicos identifican objetivos patógenos clave para combatir la podredumbre negra

14.06.2024
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La podredumbre negra del camote es una enfermedad devastadora causada por el hongo Ceratocystis fimbriata. Desde finales del siglo XIX, la podredumbre negra del camote ha amenazado con destruir hasta el 30% de la cosecha de camote en Estados Unidos. En 2015, todos los estados productores de camote en Estados Unidos experimentaron uno de los peores brotes registrados en la historia, con pérdidas de hasta el 60%. Aunque los fungicidas pueden ayudar a controlar la enfermedad, no son una solución sostenible, especialmente con las volátiles restricciones sobre residuos de fungicidas entre los principales mercados de exportación. Otra estrategia de gestión es la cría asistida por efectores, un nuevo enfoque para desarrollar cultivos resistentes a la enfermedad.

Los efectores son proteínas secretadas por patógenos que modulan a sus huéspedes vegetales a nivel molecular y celular. En lugar de los métodos tradicionales de mejora genética, que pueden llevar muchos años e implicar un amplio proceso de ensayo y error, la mejora asistida por efectores utiliza efectores específicos del patógeno para identificar y seleccionar rápidamente plantas resistentes a la enfermedad. Esto acelerará los programas de mejora, lo que permitirá desarrollar variedades de camote resistentes a la podredumbre negra y reducir las pérdidas de cosechas.

Hasta ahora, los investigadores tenían un conocimiento limitado de la biología de C. fimbriata, lo que suponía un obstáculo para la gestión de esta enfermedad. Para solucionar este problema, el investigador Camilo Parada-Rojas, del laboratorio de Lina Quesada-Ocampo en la Universidad Estatal de Carolina del Norte, y sus colegas se centraron en identificar las proteínas efectoras producidas por C. fimbriata durante la infección. El estudio, publicado en Molecular Plant-Microbe Interactions (MPMI), identificó 31 genes efectores de C . fimbriata. Al catalogar estos efectores, los investigadores pueden comprender mejor cómo infecta el hongo al camote e identificar posibles hospedadores para obtener variedades resistentes. Además, el estudio sugiere una fase biotrófica, en la que el hongo vive de las raíces vivas del camote antes de matarlo, lo que proporciona una nueva perspectiva sobre cómo progresa la enfermedad.

Esta investigación aporta conocimientos pioneros sobre la biología de C. fimbriatay pone de relieve objetivos potenciales para el cultivo asistido por efectores. Aunque los resultados son prometedores, las aplicaciones prácticas en el control de enfermedades y la mejora vegetal requerirán más tiempo e investigación. Parada-Rojas afirma: "Es un largo camino desde la investigación básica hasta la aplicación en el mundo real, pero el potencial de tener un impacto significativo en la resistencia de los cultivos y la seguridad alimentaria lo hace increíblemente gratificante." Mientras tanto, los conocimientos del estudio sobre la evolución y estabilidad del patógeno pueden servir de base para la vigilancia de la enfermedad, ayudando a rastrear y gestionar la propagación de C. fimbriata de forma más eficaz, lo que acerca a la ciencia un paso más hacia la protección del camote en el futuro.

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