Legumbres - La Comisión Europea prevé un aumento del volumen de las cosechas
La superficie total dedicada a las proteaginosas en la UE ronda los 1,7 millones de hectáreas, el mismo nivel que el año anterior. Las cuatro leguminosas de grano más importantes de Europa - guisantes en grano, las habas, la soja y el altramuz dulce- contribuyen significativamente a este crecimiento.
La mayor parte de la superficie cultivable se destina al cultivo de la soja, que también pertenece a la familia de las leguminosas. Con una cuota de más del 70% de la cosecha total, la soja es el cultivo de leguminosas dominante en la UE.* Sin embargo, las estimaciones para la soja en particular se han revisado a la baja debido al mal tiempo.
Proteaginosas en Alemania y Austria
En Alemania, la situación es algo diferente. Los guisantes son la leguminosa más cultivada. Este año, la superficie cultivada aumentó en un 9%, hasta las 129.000 hectáreas, y las estimaciones preliminares de la Comisión de la UE documentan un aumento masivo del volumen de la cosecha, en torno al 42%, hasta las 378.000 toneladas. En Alemania, las habas también registraron un aumento significativo de casi el 42%, hasta 248.000 toneladas, y la superficie cultivada fue casi idéntica a la del año anterior. En conjunto, la superficie cultivada de los cuatro cultivos mencionados aumentó un 3%, hasta situarse en unas 258.000 hectáreas**.
En Austria, la superficie dedicada a las leguminosas se mantiene prácticamente constante con respecto al año anterior. El cultivo número uno con diferencia es la soja. Como en muchas partes de Europa, se ha producido un descenso de los volúmenes de cosecha debido a las condiciones meteorológicas. Según la Comisión de la UE, la cosecha descendió en torno a un 7%, hasta 251.000 toneladas. Las demás proteaginosas sólo desempeñan un papel secundario. Sin embargo, la cosecha se mantiene por encima de la media de los últimos años gracias a los buenos rendimientos de las zonas cultivadas.***
La alimentación a base de plantas es tendencia
Las proteínas vegetales son cada vez más populares en Europa. Una de las razones es el creciente deseo de alternativas equilibradas y sostenibles a los productos animales. La proporción de personas que consumen productos vegetarianos o veganos a diario se ha duplicado en los últimos cuatro años, situándose en torno al 10%.****
Las habas, la soja, los guisantes y los altramuces dulces tienen un alto contenido en proteínas y fibra. También son fuente de vitaminas B1, B2 y ácido fólico, así como de magnesio, hierro, cobre y zinc.
Las legumbres no sólo son una parte importante de una dieta basada en plantas, sino que también tienen numerosos beneficios para el medio ambiente y la naturaleza. Por tanto, es una consecuencia lógica que las legumbres formen parte integrante de la Dieta Planetaria de la Salud. Se trata de un concepto nutricional desarrollado por la Comisión Eat-Lancet que estipula una ingesta de 75 g de legumbres al día. En la Dieta Planetaria Saludable, la Comisión muestra cómo se puede proporcionar una dieta sana a una futura población mundial de 10.000 millones de personas en 2050 dentro de los límites ecológicos de la Tierra.
Contribución positiva al medio ambiente y a la agricultura doméstica
Un papel especial en los beneficios medioambientales de las legumbres lo desempeñan los rizobios, bacterias que forman una relación simbiótica con las raíces de las plantas. Las plantas suministran a las bacterias nutrientes vitales mediante la fotosíntesis. Las bacterias, a su vez, son capaces de captar el nitrógeno del aire del suelo y liberarlo para las plantas. Esto beneficia no sólo a la "comunidad viviente", sino también al medio ambiente y a la agricultura, ya que en los cultivos herbáceos hay que utilizar menos fertilizantes nitrogenados. Tras la cosecha, quedan en los campos residuos vegetales ricos en nitrógeno, que a su vez sirven de abono para cultivos posteriores como el trigo. El cultivo de legumbres enriquece la rotación de cultivos, sus flores son una importante fuente de alimento para los insectos y sus raíces aflojan el suelo. Esto mejora la calidad del suelo y tiene un efecto directo en el ecosistema. Por ejemplo, los estudios han demostrado que el cultivo de legumbres ayuda a aumentar las poblaciones de lombrices de tierra. Las lombrices de tierra desempeñan un papel clave en el ecosistema, sobre todo aireando el suelo y descomponiendo la materia orgánica, lo que favorece la fertilidad del suelo.
Fuentes:
*Comisión Europea - Estadísticas sobre semillas oleaginosas y proteaginosas
**Oficina Federal de Estadística - Evaluación "Tierras cultivables por principales grupos de cultivos y tipos de cultivos"
***Informe Verde 2024, Ministerio Federal de Agricultura, Silvicultura, Regiones y Gestión del Agua, Austria
****BMEL Informe sobre la alimentación 2024
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