Los investigadores desarrollan una biopelícula comestible para alargar la vida útil de la fruta
El recubrimiento comestible a base de polisacáridos naturales desarrollado puede sustituir a los envases sintéticos, ofreciendo una solución sostenible para reducir el desperdicio mundial de alimentos
Professor Won Ho Park from Chungnam National University, South Korea
Estos recubrimientos protectores pueden proteger las frutas de la degradación posterior a la cosecha evitando la pérdida de agua y el intercambio de gases, reduciendo la necesidad de refrigeración o conservación sintética, al tiempo que prolongan su vida útil.
La quitina, un polímero natural derivado del endoesqueleto de los crustáceos, se modifica químicamente para producir quitosano (CS). El CS no es tóxico, es biodegradable y tiene una notable capacidad para formar películas. Sin embargo, ciertas limitaciones, como sus escasas propiedades de barrera y antimicrobianas, dificultan su potencial como material de recubrimiento de alimentos. Para solventar esta limitación, un equipo de científicos, dirigido por el profesor Won Ho Park, de la Universidad Nacional de Chungnam (Corea del Sur), incorporó un compuesto polifenólico, el ácido gálico (AG), para producir un conjugado CS-GA. El AG abunda en las plantas y es conocido por sus excelentes propiedades antimicrobianas y antioxidantes.
El profesor Park explica su estudio: "Queríamos desarrollar una biopelícula basada en CS con mejores propiedades de recubrimiento alimentario, y esperábamos que la incorporación de GA nos ayudara a conseguirlo". Este trabajo se publicó en línea el 16 de septiembre de 2024 y se publicará en el volumen 463, número 2, de la revista Food Chemistry el 15 de enero de 2025. En este estudio, el equipo informa de la síntesis y caracterización de una película conjugada CS-GA. Lo compararon con películas de CS para evaluar los efectos de mejora de GA y probaron su eficacia en miniplátanos y tomates cherry almacenados.
Observaron que la película desarrollada presentaba una mayor resistencia mecánica, lo que protegía a los alimentos de posibles daños durante el transporte, y mejores propiedades antioxidantes, lo que prolongaba su vida útil. También mostró una actividad antibacteriana mejorada contra dos tipos de bacterias, lo que confirma su eficacia contra múltiples especies microbianas, y una capacidad superior de bloqueo de los rayos UV para evitar la fotodecoloración y los daños. Explicando los resultados de la prueba de almacenamiento. El profesor Park afirma: "A muchos consumidores les preocupan los residuos de recubrimiento que quedan en las frutas. La capacidad de lavado de este conjugado lo hace atractivo para estos consumidores. Además, observamos una reducción significativa de la deshidratación, decoloración y pérdida de masa de las frutas almacenadas cuando se aplicó el recubrimiento. Esto indica una prolongación de la vida útil y la conservación de la frescura".
En el futuro, esta tecnología ecológica podría desempeñar un papel importante en la reducción del desperdicio de alimentos y contribuir también a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030. En el pasado, la principal estrategia para reducir el desperdicio de alimentos consistía en recoger y eliminar los restos de comida. Sin embargo, nuestra investigación sugiere que mejorando la capacidad de conservación de los alimentos mediante enfoques ecológicos, podemos reducir significativamente el desperdicio de alimentos que se produce durante el proceso de distribución."
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