La tasa climática sobre los alimentos podría reducir eficazmente las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura, garantizando al mismo tiempo un equilibrio social

14.01.2025
computer generated picture

imagen simbólica

La agricultura representa el 8% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de Alemania. "Sin embargo, las emisiones dentro de este sector, podrían reducirse en un 22,5 por ciento o más de 15 millones de toneladas de GEI anuales, si el coste social del carbono se reflejara en los precios de los alimentos", afirma Julian Schaper, científico invitado del PIK y autor principal del estudio publicado en la revista Food Policy. En la Ley Federal de Cambio Climático aprobada en 2019, el Gobierno se fijó el objetivo de reducir las emisiones anuales de los 62 millones de toneladas actuales a 56 Mt de GEI para 2030.

El coste social del carbono es una estimación de los daños económicos que supondría emitir una tonelada adicional de carbono a la atmósfera en el futuro. Los productos intensivos en emisiones, como la carne y los lácteos, serían los más afectados por esa tasa climática de unos 200 euros por tonelada de GEI, mientras que los precios de los productos más sostenibles subirían menos: El yogur y la leche aumentarían unos 25 céntimos por kilogramo, mientras que los precios de la carne de vacuno podrían subir más de 4 euros/kg.

Utilizando un modelo de demanda que ofrece una imagen detallada y representativa de cómo responden los hogares alemanes a los cambios de precios, los investigadores evaluaron los efectos de la tarificación de los GEI sobre el consumo y las emisiones asociadas. "Los hogares tenderían a comprar más alimentos menos intensivos en carbono por término medio, como las verduras. Una tasa climática no sólo beneficiaría directamente a la protección del clima, sino que también podría fomentar el consumo sostenible", explica el científico del PIK Max Franks, autor del estudio.

En el modelo de los investigadores, los 8.200 millones de euros generados por la tasa climática se devuelven a los consumidores como dividendo climático, lo que supone un alivio sustancial para los hogares con rentas más bajas, mientras que los hogares más ricos soportarían unos costes ligeramente superiores. "Esta forma de redistribución ayuda a crear un equilibrio social que puede promover la aceptación de tales medidas", prosigue Franks.

Los autores del estudio también ven un gran potencial de aceptación pública en la combinación de una tasa climática y un dividendo. Es crucial comunicar claramente que las medidas reducen efectivamente las emisiones, que todos los ingresos revierten al público y que se apoya específicamente a los hogares con rentas más bajas.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.

Más noticias del departamento ciencias

Noticias más leídas

Más noticias de nuestros otros portales

El mundo temático de la IA