Revolución alimentaria verde

14.02.2025
Philipp Arnoldt

Fuente alternativa de proteínas: las habas de soja molidas pueden transformarse en productos sustitutivos de la carne mediante tecnología de extrusión.

Plantas, algas, insectos y hongos: todos ellos se consideran alternativas a las fuentes de proteína animal y se espera que garanticen el suministro mundial de alimentos en el futuro. Su ventaja: contribuyen significativamente a la protección del clima, la biodiversidad y una dieta sana. Por eso, la atención se centra ahora en tecnologías que transformen plantas ricas en proteínas en productos alternativos o produzcan carne cultivada en el futuro. Para 2024, el Gobierno alemán ha destinado 38 millones de euros a inversiones para la transición a productos vegetales y otras fuentes alternativas de proteínas.

Sin embargo, nadie sabe aún si las innovaciones asociadas serán realmente sostenibles. El proyecto "Innovación responsable y transición proteínica" (RI-ProT) pretende aclararlo. "Estamos estudiando qué materias primas, productos y tecnologías están disponibles actualmente en el mercado, pero también qué problemas existen y dónde hay que encontrar soluciones en el futuro", explica la Dra. Cornelia Rauh, catedrática de Biotecnología Alimentaria e Ingeniería de Procesos.

El resultado final será un radar de innovación que asesorará a las partes interesadas del mundo empresarial y político sobre si una innovación en el campo de las proteínas alternativas es responsable y sostenible. El equipo de RI-ProT quiere averiguar qué mueve a la economía a impulsar la innovación, a qué problemas se enfrenta y qué desea. En cuanto a los consumidores, el nivel de conocimiento se sondeará en grupos de discusión: ¿Qué temores o prejuicios existen? ¿Qué potencial ven en las nuevas fuentes de proteínas? "El deseo de seguir una dieta más sana, natural y sin aditivos es cada vez mayor entre muchas personas", afirma la Prof. Dra. Martina Schäfer.

La investigadora en sostenibilidad también es responsable de promover la colaboración interdisciplinar y transdisciplinar en el proyecto, en el que también participan la investigadora en sistemas de innovación Dra. Dagmara Weckowska, de la Universidad Libre de Berlín, y el politólogo Prof. Dr. Peter Feindt, de la Universidad Humboldt de Berlín. El proyecto también incluye reuniones periódicas con organizaciones de la industria alimentaria, la agricultura y la protección del consumidor, que también participan en el proyecto.

"Es esencial pensar de antemano cómo se puede apoyar metódicamente el intercambio entre los muy heterogéneos socios", explica Martina Schäfer. El buen guiso de guisantes Para la asociación de fitomejoradores que participa en el proyecto, se plantea la cuestión de qué plantas regionales, como las habas o los altramuces, podrían cultivarse como fuentes de proteínas en este país.

A su vez, las empresas se plantean cómo podrían ofrecer plantas proteicas, como guisantes y altramuces, a los consumidores: ¿al natural o procesadas en un producto triturado? Un especialista de Charité va a estudiar hasta qué punto es saludable un producto procesado de este tipo. "A lo mejor al final es más sano el buen guiso de guisantes de toda la vida", se ríe Cornelia Rauh. Lo que Rauh y Schäfer aprecian de la Alianza Universitaria de Berlín es que científicos de todas las universidades berlinesas y de disciplinas muy diversas colaboren en un proyecto.

Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Alemán se puede encontrar aquí.

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