Una nueva investigación profundiza en el conocimiento del efecto de la vitamina K en la salud cerebral
Un artículo del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana y Envejecimiento identifica los posibles mecanismos por los que la vitamina K afecta al cerebro a medida que las personas envejecen
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Mientras los científicos tratan de desentrañar las intrincadas conexiones potenciales entre la nutrición y el envejecimiento del cerebro, un nuevo estudio de investigadores de la Universidad de Tufts arroja luz sobre cómo el consumo insuficiente de vitamina K puede afectar negativamente a la cognición a medida que las personas envejecen.
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Crédito: Jake Belcher/Universidad de Tufts
Mientras los científicos tratan de desentrañar las intrincadas conexiones potenciales entre la nutrición y el envejecimiento del cerebro, un nuevo estudio de investigadores del Centro Jean Mayer USDA de Investigación sobre Nutrición Humana en el Envejecimiento (HNRCA) de la Universidad Tufts arroja luz sobre cómo el consumo insuficiente de vitamina K puede afectar negativamente a la cognición a medida que las personas envejecen.
El estudio, realizado en roedores de mediana edad, sugiere que la falta de vitamina K puede aumentar la inflamación y dificultar la proliferación de células neuronales en el hipocampo, una porción del cerebro capaz de generar nuevas células y fundamental para funciones como el aprendizaje y la memoria.
La vitamina K se encuentra en verduras de hoja verde como las coles de Bruselas, el brécol, los guisantes verdes, la col rizada y las espinacas. Ya se sabe que desempeña un papel esencial en la coagulación de la sangre, y la investigación sugiere que también puede tener efectos positivos en la salud cardiovascular, así como en la salud de las articulaciones, dice Sarah Booth, directora del HNRCA y autora principal del estudio. Booth es también profesora de la Facultad de Ciencias y Políticas de la Nutrición Gerald J. y Dorothy R. Friedman de la Universidad Tufts.
"También hay estudios que indican que la vitamina K contribuye a la función cerebral y que ésta disminuye durante el proceso de envejecimiento", afirma Tong Zheng, autor principal del estudio e investigador científico del HNRCA. "La vitamina K parece tener un efecto protector. Nuestra investigación trata de comprender el mecanismo subyacente de ese efecto, para que algún día podamos dirigirnos específicamente a esos mecanismos."
Afecta al aprendizaje y la memoria
En la nueva investigación, publicada en la revista Journal of Nutrition, los investigadores llevaron a cabo una intervención dietética de seis meses para comparar el rendimiento cognitivo de ratones alimentados con una dieta baja en vitamina K y los que recibieron una dieta estándar.
El equipo de investigación se centró en la menaquinona-4, una forma de vitamina K prevalente en el tejido cerebral, y halló niveles significativamente más bajos de este nutriente en los cerebros de los ratones deficientes en vitamina K. Esta deficiencia se asocia a un notable deterioro cognitivo, medido en una serie de pruebas conductuales diseñadas para evaluar su aprendizaje y memoria.
En una de ellas, la prueba de reconocimiento de objetos nuevos, los ratones deficientes en vitamina K mostraron una menor capacidad para distinguir entre objetos familiares y nuevos, un claro indicio de deterioro de la memoria. En una segunda prueba, para medir el aprendizaje espacial, los ratones tuvieron que aprender la ubicación de una plataforma oculta en un estanque de agua. Los ratones con deficiencia de vitamina K tardaron mucho más tiempo en aprender la tarea que los ratones con niveles adecuados de vitamina.
Cuando los investigadores examinaron el tejido cerebral de los ratones, observaron cambios significativos en el hipocampo, una región del cerebro crucial para el aprendizaje y la memoria. En concreto, observaron una reducción del número de células proliferantes en el giro dentado del hipocampo en los ratones deficientes en vitamina K. Esta disminución se tradujo en un menor número de células inmaduras de nueva generación. Esta disminución se tradujo en un menor número de neuronas inmaduras de nueva generación, un proceso conocido como neurogénesis. "Se cree que la neurogénesis desempeña un papel fundamental en el aprendizaje y la memoria, y su deterioro podría contribuir directamente al deterioro cognitivo observado en el estudio", afirma Zheng.
Los investigadores también hallaron indicios de un aumento de la neuroinflamación en los cerebros de los ratones deficientes en vitamina K, lo que añade otro grado de complejidad.
"Encontramos un mayor número de microglías activadas, que son las principales células inmunitarias del cerebro", explica Zheng. Aunque la microglía desempeña un papel vital en el mantenimiento de la salud cerebral, su activación excesiva puede conducir a la inflamación crónica, cada vez más reconocida como un factor clave en el deterioro cognitivo relacionado con la edad y en las enfermedades neurodegenerativas.
Una dieta sana
Tanto Booth como Zheng subrayan que su investigación no significa que la gente deba apresurarse y empezar a tomar suplementos de vitamina K.
"La gente tiene que seguir una dieta sana", dice Booth. "Necesitan comer sus verduras".
Booth señaló que el equipo de Tufts trabaja en estrecha colaboración con el Centro Médico de la Universidad de Rush en Chicago, con el equipo de Rush realizando estudios observacionales en humanos sobre la salud del cerebro y la cognición, mientras que Tufts se centra en modelos para estudiar mecanismos específicos.
"Sabemos que una dieta sana funciona y que las personas que no la siguen no viven tanto ni tienen un buen rendimiento cognitivo", explica Booth. "Al coreografiar juntos los estudios en animales y humanos, podemos hacer un mejor trabajo para mejorar la salud del cerebro a largo plazo identificando y apuntando a mecanismos específicos".
Esta investigación ha contado con el apoyo de un acuerdo de cooperación con el Servicio de Investigación Agrícola del USDA y de la Fundación de la Familia Robert y Margaret Patricelli. La información completa sobre los autores y la metodología está disponible en el artículo publicado. El contenido es responsabilidad exclusiva de los autores y no representa necesariamente la opinión oficial del USDA.
Nota: Este artículo ha sido traducido utilizando un sistema informático sin intervención humana. LUMITOS ofrece estas traducciones automáticas para presentar una gama más amplia de noticias de actualidad. Como este artículo ha sido traducido con traducción automática, es posible que contenga errores de vocabulario, sintaxis o gramática. El artículo original en Inglés se puede encontrar aquí.