¿Son perjudiciales las grasas saturadas?
El aceite de palma a examen: ninguno de sus componentes específicos pone en peligro nuestra salud
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Las respuestas a esta pregunta se dieron en la Mesa Redonda sobre Grasas Saturadas - Desmontando el Mito, organizada por Competere y en la que participaron Francesco Visioli, Profesor de Nutrición Humana de la Universidad de Padua, la Dra. Kalyana Sundram, Asesora del CPOPC - Consejo de Países Productores de Aceite de Palma con más de 40 años de experiencia en el campo de las propiedades de los aceites y grasas, y el fundador y Presidente de Competere, Pietro Paganini.
El debate puso de manifiesto la necesidad de evaluar la complejidad del panorama de los ácidos grasos insaturados, una categoría muy heterogénea que abarca una amplia gama de efectos metabólicos. Los ponentes refutaron la teoría de que toda la categoría de grasas saturadas se considera perjudicial para la salud debido a sus efectos sobre la concentración de colesterol LDL, el factor de riesgo cardiovascular más común.
"En Italia y Europa, la mayor parte de las grasas saturadas procede de los productos lácteos, mientras que la dieta rica en carne de otros países hace difícil aislar las propiedades de estos componentes de la dieta completa. Tras décadas de investigación, podemos concluir que el consumo de grasas saturadas en una dieta equilibrada no tiene efectos perjudiciales para la salud y que se necesitan más estudios para aclarar las propiedades fisiopatológicas de esta categoría", afirma el profesor Francesco Visioli.
Esta prueba es muy importante, ya que el mercado de las materias primas alimentarias está muy ajustado, lo que ha hecho que muchas empresas vuelvan a recurrir al aceite de palma. La literatura científica ha demostrado que no hay componentes específicos del aceite de palma que tengan efectos negativos sobre la salud y que tiene un efecto neutro sobre el metabolismo del colesterol. Estos resultados también fueron confirmados por el Istituto Superiore di Sanità y el Centro di Ricerca Alimenti e Nutrizione, que señalaron que la contribución del aceite de palma a la ingesta de grasas saturadas es marginal y que, sobre todo, es conceptualmente erróneo etiquetar ciertos alimentos sin el contexto nutricional completo.
"Debemos garantizar un enfoque ético de la nutrición y mirar lo que es mejor para el consumidor. Despejemos mitos como el de la supuesta nocividad del colesterol: su concentración en la sangre depende mínimamente de la dieta, y es importante para nuestra función metabólica. Ahora tenemos pruebas científicas de que las grasas contenidas (en el aceite de palma) no son malas per se desde el punto de vista nutricional: Siempre hay que hablar de la cantidad y la calidad de los alimentos", dijo la doctora Kalyana Sundram.
"El debate sobre las grasas saturadas nos lleva a desmontar mitos que pueden confundir a los consumidores y llevar a contradicciones, como estamos viendo estos días con la vuelta al aceite de palma. La investigación ha confirmado que no hay elementos científicos que condenen el aceite de palma: Cualquier intento de etiquetarlo como bueno o malo podría impedirnos ofrecer a los consumidores información seria, fiable y científicamente probada para una dieta sostenible", añadió Pietro Paganini.
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